♡ 02 | Miradas ♡

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Quizá sólo se trate de encontrar a quien te sigue mirando cuando tú cierras los ojos.

- Elvira Sastre 


Esto sería el comienzo de algo tan aburrido.

Mientras pensaba en que haría las horas siguientes, la ventana era mi distracción. Sentí como el chico de al lado se iba recargando más en mi hombro, durmiendo.

Tenía unas tremendas ganas de empujarlo, pero por qué se tan cruel, cuando me decidía en empujarlo o no, algo llamo mi atención por la ventana.

Una motocicleta iba rebasando a todo lo que se le ponía enfrente. Alguien había despertado tarde.

En un alto, la motocicleta quedo junto al autobús.

Me preguntaba si sus padres eran tan desobligados a tal punto que le habían comprado a su hijo algo tan peligroso para andar fuera.

El propietario giro la cabeza hacia mi dirección, sabiendo que yo lo miraba, pero como poder notarlo si yo estaba muy lejos de su vista, comenzó a rugir la motocicleta, yo me sentía en esas películas de carreras, no veía el chiste de hacer aquello.

¿Quería intimidarme?

Como tenía puesto su casco no pude ver el rostro que estaba oculto, decidí ignorarlo.

Minutos después el chofer hablo.

-LLEGAMOS- el conductor grito-

Para mi suerte llegue temprano.

Como no sabía a donde más dirigirme, fui directo al despacho del director, ante mi apareció una mujer muy bien vestida.

-Buenos días- dije sin titubear- estoy buscando al director, soy la nueva alumna, no creo que...-

-Oh, por supuesto, Kate Morgan- me sorprendió que lo supiera- el director te espera-

Sin más me dirigió hacia lo que supuse era la puerta del despacho.

-El director podría tener cara de pocos amigos, pero... es buena persona, sólo no te metas en problemas y todo estará bien- para ser su empleada, hablaba como si no hubiera respeto entre ellos, yo sólo asentí-

Ella dio dos toques a la puerta.

-Adelante- se escuchó del otro lado, la mujer me hizo un ademan para que entrará-

-Buenos días - dijo el director- usted debe de ser...-miro en su agenda- Kate Morgan- extendió su mano para saludarme-

Y la mujer tenía razón, su cara no dejaba de fruncirse por nada del mundo, aunque parecía que había hecho algo malo, apenas nos habíamos visto.

Lo mire por varios segundos antes de tomar asiento, era alto y vestía un traje negro con una corbata a juego.

Su escritorio estaba perfectamente acomodado, en él reposaba unas cuantas fotos, posiblemente sus hijos.

-B-buenos días- lo saludé

-Mira.... Se que hace dos semanas que entraron, pero te acoplaras muy rápido, estoy seguro-saco un folder y me lo extendió- ahí está tu tira de materias, tus horarios de clase, tu credencial y un mapa por si... Ya me entiendes- yo sonreí -

-Claro-

-Si quieres entrar a algún taller extra puedes dirigirte aquí- extendió el mapa y me señalo un edificio- está a la vuelta de este edificio- se refería en el que estábamos ahora- preguntas por la profesora Jane y ella te explicara todo lo que debes saber-

-Perfecto- eran palabras secas, pero como se supone qué debería responder-

-Si se te ofrece algo más, estaré aquí- abrió la puerta de su oficina- ahora a clases señorita- yo asentí-

ABURRIDO...

Miré mi tira de materias, primera hora del lunes. MATEMÁTICAS. salón: 303. Último pisó.

Mientras subía las escaleras, miraba a todos los rezagados que aún estaban en la cafetería. Tal vez y sus días eran más interesantes que los míos. Sentí unas cuantas miradas, o yo me estaba volviendo paranoica, creyéndome el centro de atención de una novela ridícula.

Decidí eliminar todo tipo de posibilidades.

Me encontraba frente a la puerta de mi primera clase, matemáticas, uff ¿no cabría la posibilidad de eliminar esa materia de la faz del planeta? ¿No? Bueno lo intente. 

El Chico Raro I - LUKEZELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora