Jimin ha estado dibujando bastante estos días y he colgado todos sus dibujos en la pared de nuestra habitación. No puedo evitar hacer comparaciones, sus dibujos ahora son más oscuros y escalofriantes. Antes utilizaba diferentes colores, él amaba los colores pastel, sus dibujos se veían tan cálidos, tan llenos de...vida.
Me quedo pensando un instante y me acerco a él, este se encuentra acostado en la cama mirando fijamente el techo de la habitación. Voy hasta su pecho y apoyo cuidadosamente mi oído sobre este. Al principio no logro escuchar nada, pero luego de unos segundos logro oír unos leves latidos, como pequeños golpecitos a lo lejos. Si, su corazón late débilmente.
Me detengo a observar sus labios carnosos entre abiertos y me dirijo a ellos sin pensarlo demasiado, apoyo lentamente mis labios sobre los suyos, los rozo apenas solo para ver su reacción, pero esté sigue mirando el techo sin expresión alguna. Sus labios están resecos y fríos, así que con la punta de mi lengua se los humedezco levemente, ahora se sienten mucho mejor al tacto.
Irrumpo en su boca abriendo paso con mi lengua mientras busco la suya con desesperación. Poco a poco voy entibiando sus fríos labios y podría decirse que nuestro beso ahora es un poco más cálido, pero él no me corresponde, ni siquiera me mira. Me frustro, pero aún así no me detengo, y es que lo deseo tanto. Cierro los ojos e imagino cómo era antes, en cómo sus mejillas se sonrojaban con el más mínimo contacto, cómo me correspondía tímidamente y se desesperaba con cada caricia.
Quiero bajar hasta su cuello pero la vista allí no es muy agradable, su herida vendada no cicatriza y creo que ya no lo hará, dudo que quede tejido vivo en su piel. Desabotono su camisa y recorro con la punta de mi lengua desde su clavícula hasta debajo de su ombligo, quiero dejarle marcas, lastimosamente recuerdo que es muy probable que aquellas marcas le queden permanentemente, así que desisto. Me alejo por un instante y lo observo. Estudio cada parte de su piel desnuda, le desabrocho sus pantalones y le quito su ropa interior deslizándola hasta sus tobillos, puedo ver leves rasguños en sus muslos pero no quiero pensar respecto a aquel bastardo que se las hizo, prefiero concentrarme en aquellos pequeños detalles de su piel que me vuelven loco, como por ejemplo sus lunares.¿Jimin seguirá teniendo deseos sexuales?, su miembro no está erecto. Recuerdo que él se excitaba a la más mínima caricia o beso que le propiciaba.
Tomo su pene con mi mano y comienzo a bombearlo de arriba hacia abajo, ¡Cuánto extraño sus gemidos!, le doy la vuelta con sumo cuidado y veo más rasguños, pero esta vez en su espalda, parece salido de una sesión de sadomasoquismo y en otras circunstancias esta escena sería terriblemente sexy, sus glúteos grandes y redondos se ven tan hermosos como siempre. Con ambas manos le separo sus piernas e intento ver su entrada, está de un color levemente rosado, al menos ello sigue igual que antes. Me posiciono entre sus piernas y libero mi pene de entre mis ajustados jeans, lo sujeto firmemente con mi mano y en cuanto rozo mi glande contra su pequeña abertura, siento que estoy a punto de practicar la necrofilia. Jimin está petrificado, no se mueve más que para respirar, incluso parece asustado. Pienso en todo lo que pasó. En lo que le hizo aquella mierda de persona antes de matarlo, debió ser terrible y traumante para él, no, no puedo hacerlo, al menos no sin saber lo que pasa por su cabeza, es que tantas cosas han cambiado en él, que comienzo a pensar en que ahora es una persona diferente, si es que sigue siendo una persona.
Me alejo frustrado y me dirijo hacia la ducha, el agua caliente siempre ayuda a relajarme y pensar con claridad, pero hay algo que me ayuda aún más que el agua caliente. Sostengo mi pene y comienzo a auto satisfacerme mientras el agua cae sobre mi espalda, cierro los ojos y trato de recordar como sonaban los gemidos de mi dulce Jimin, su preciosa y aguda voz llamándome por mi nombre y sus leves chillidos ahogados contra la almohada, así es como termino corriéndome entre graves gemidos mientras veo mi semen irse junto con el agua y desaparecer por la rejilla de la tina.
Luego de asearme, vuelvo un poco más relajado a la habitación. Hecho un vistazo a Jimin que se encuentra exactamente como lo dejé, le doy la vuelta, le pongo su ropa de dormir, le deposito un corto beso en su mejilla y apago la luz.
Un fuerte ruido me despierta a la mitad de la noche, miro la hora y son las cinco de la mañana. Entre dormido miro los refusilos por la ventana, afuera hay una gran tormenta. Tras un largo bostezo me giro para intentar seguir durmiendo, pero veo que Jimin ya no se encuentra en la cama. Rápidamente me incorporo y veo que no está en la habitación, corro hacia el baño y tampoco se encuentra allí, comienzo a llamarlo por su nombre mientras camino con prisa por el corredor, me fijo en la cocina y en la sala, pero no hay rastros de él. Camino de regreso y puedo ver la puerta de entrada completamente abierta. Me congelo ante la idea de que pudo haber salido. Corro hacia afuera mirando con desespero de un lado a otro, llamándolo a los gritos. Agradezco tanto la fuerte tormenta, esta hace que no logre despertar a todos los vecinos. Estoy empapado y mis movimientos son pesados debido a ello, voy hasta el fondo de la casa y regreso frustrado, corro de nuevo hasta la vereda y finalmente, logro verlo. Este se encuentra mirándome fijamente, su cabello gotea y su piel se ve aún más pálida que de costumbre. Lentamente bajo la mirada hasta su mano derecha, este está sujetando algo que no logro ver con claridad. Doy unos pasos hacia adelante con cautela y allí me detengo en seco, completamente horrorizado. Jimin sostiene a nuestro gato de la cola, si, nuestro pequeño gato, o al menos... lo que queda de él. Ya que éste, está decapitado.—
Gracias por sus lecturas y votos, ¡Son las mejores!
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Killing Death || Yoonmin [CONCLUÍDA]
FanfictionSi pudieras revivir a alguien de la muerte, ¿lo harías? Min YoonGi lo hizo sin siquiera pensar en lo que se estaba metiendo, porque nunca se imaginó que había despojado al amor de su vida del paraíso y lo había arrastrado hasta el mismo infierno. ℹP...