Killing Death || Yoonmin [CONCLUÍDA]

Capítulo 02

[Flashback]

—YoonGi, si pudieras ser un animal, ¿Cuál escogerías?

—Definitivamente, un gato.

Jimin deja a un lado el libro que está leyendo, y es que repentinamente se siente curioso por mi respuesta.

— ¿Por qué un gato? —Sonríe mientras imagina vaya dios a saber qué.

—Los gatos solo se dedican a dormir y comer, aparte no tienen que cumplir las ordenes de sus dueños, para ello están los perros.

—Tú no eres gato y aún así solo te dedicas a ello. —Dice despeinando mis cabellos con una de sus regordetas manos.

— ¿Y tú?, ¿Qué animal te gustaría ser?

—Sin duda, una mariposa. —Me dedica una radiante sonrisa mientras agita sus brazos como si pudiese volar.

— ¿Sabes que las mariposas solo viven un día?, Aparte antes de ser mariposa son asquerosas orugas que se arrastran y viven en la tierra.

—Lo sé. Pero... a veces pienso que debe ser hermoso para un pequeño insecto que se ha arrastrado durante toda su vida, el poder experimentar aunque sea una vez, lo que se siente volar. Yo no creo que los pájaros lo disfruten tanto, ellos tienen sus alas desde que salen de sus huevos, no lo aprecian, todo es más fácil para ellos.

Simplemente le sonrío y me quedo meditando en lo que ha dicho. Jimin piensa hasta en las cosas más insignificantes.

[Fin del Flashback]

Mientras seco sus lágrimas con el puño de mi camiseta, pienso qué tán diferente está. Aún así me aferro a la idea de que ahora lo tengo a mi lado de nuevo y en alguna parte de aquel cuerpo pálido y herido se encuentra mi dulce Jiminie.
Le tomo sus manitos y me sumerjo en pensamientos agradables mientras trazo círculos al rededor de su pequeño meñique. Su piel sigue tan suave como siempre, pero tan fría al tacto.
Me dirijo a la cama liberando un bostezo y lo ayudo a que se acueste a mi lado, me aferro a su cuerpo incluso si la temperatura de este, me hace castañar los dientes.

Durante la noche despierto varias veces. No puedo dejar de pensar en aquel chico que ha muerto en la sala de mi casa. Lo que me atormenta es que ha sido mi culpa, yo lo llevé allí engañado y me remuerde la conciencia.
Trato de recordar el motivo por el cuál lo elegí. Él le hacía un mal a muchísimos jóvenes. Si, aquel chico que estaba en su primer año de universidad, vendía drogas en los baños del establecimiento escolar.

¿A caso no le hice un bien al sistema?, podría estar engañándome toda la noche y disfrazando la moral de mi acción, pero la ética me sigue zumbando en el oído.

La luz de un nuevo día me despierta muy temprano por la mañana, incluso antes que mi despertador. En parte lo agradezco, como estudiante de arquitectura, he dejado mucho que desear, no me puedo perder ni una clase más. Aún medio dormido, me giro a un costado y al ver a Jimin pego un grito.

—Mierda, me asustaste. —Musito por lo bajo. Este se encuentra observándome fijamente. Aún no me acostumbro a su nueva apariencia. Me quedo mirándolo mientras pienso qué hacer con él, no lo puedo dejar solo pero tampoco puedo llevarlo conmigo, nadie puede verlo y no solo por como luce, sino también por que muchos se han enterado de su trágica muerte, sobre todo en la universidad.
Él estudiaba junto conmigo, de hecho allí lo conocí y a diferencia de mí, Jimin era un buen alumno y extremadamente popular, no puede aparecerse mágicamente vivo entre la multitud. Aunque, luego de pensarlo bien, me doy cuenta de que no tengo opción.
Busco entre mis cosas y lo visto con unos jeans, le cambio las vendas y le subo el cierre del abrigo hasta el tope, luego escojo un cubre bocas, una gorra y unos lentes oscuros, una vez con todo ese arsenal de ropa puesta, lo observo detenidamente, ojalá funcione.
Lo tomo de la mano y me dirijo a la cocina, hurgo entre la alacena en busca de algo para comer pero no encuentro más que una lata de anchoas. Con todo lo sucedido no he hecho la compras en varios días. Abro la heladera y bebo leche directo del cartón, aquello me ha traído un lejano y melancólico recuerdo. Jimin detestaba que bebiese del cartón, siempre me regañaba. En cambio, ahora, si quiera presta atención.