9no contacto ¨Bienvenido a mi desordenado mundo¨

21 6 1
                                    

Por fin a la hora de salida del trabajo —Morgan llevaba puesto el uniforme de Michael y este la ropa de ella empapada, en sus manos—, conversaban, ella sonriente mientras el, con su ademan serio, inexpresivo. Como siempre.

—¿Siempre usas esa ropa?
—Esta chamarra me hace sentir cómodo. Y me gustan el azul y el rojo.
—Yo creo que a mí me gustan todos los colores —se sacudió un poco el pelo.
—No me gusta el café.
—¡Espera un momento!

Morgan lo tomo del brazo empujándolo, lejos de una alcantarilla.

—¡Me tocaste otra vez! —grito, ya cansado de repetírselo.
—Las alcantarillas cerradas traen mala suerte.
—Pero es redonda, me gustan las cosas redondas.
—Pero es café. ¿Te gustan las cosas redondas aun cuando son cafés? —salto la alcantarilla y sonrió en tono burlón—. Digiere eso, sabelotodo.
—... —Michael la miro alejarse sin saber que contestar.

Ella se detuvo al ver que no se movía, dio media vuelta para mirarlo. Michael, continuaba mirándola sin saber que decir, con desconcierto en su faz.

—Me gusta si es circular, pero no si es café —dijo al fin, apuntando hacia la alcantarilla y caminando a su lado.

Ella soltó una enorme sonrisa y continuaron caminando. Llegaron hasta el pequeño departamento de Morgan, quien le dio el pase.

—Adelante. Este es mi lugar. Siéntete como en casa.

Tomo alguna de su ropa, mientras Michael cruzaba de la puerta al cuarto contiguo que difícilmente se le podía llamar sala. Era un muy pequeño cuarto con una televisión, un sofá-cama y mucha, pero mucha ropa y cosas innecesarias. Collares por donde quiera, fotografías pegadas a la pared, muchos discos y películas. Los ojos de Mike se abrieron como platos, sin creer que pudiera existir tanto desorden en un solo lugar.

—¿Por qué esta todo tan tirado?
—No lo está. Solo que tengo muchas cosas.

Comento Morgan, al tiempo que se subía a un pequeño sillón lleno de ropa, y colocaba un disco de vinilo en el estéreo antiguo.

—¿Por qué tus discos son tan viejos?
—Mira quien lo dice, señor Polaroid.

Le miro, refiriéndose a la cámara análoga que portaba Mike. Continúo mostrándole su ¨casa¨.

—¨Lechuga¨ mi pez dorado, y las flores... —conecto el interruptor y las flores artificiales encendieron con luces de colores.
—¿Por qué tienes dos televisores?
—Si una se descompone, tengo esta otra.
—¿Por qué tienes una gaita?
—¿Por qué haces tantas preguntas?

Le miraba estupefacto, mientras ella se movía gacil por su tiradero, tomaba la gaita y comenzaba a afinarla.
—Porque así puedo conocerte.

—¿Para saber si tu hermano y yo somos compatibles?
—No. Para asegurarme de que no son compatibles, así podrán estar juntos. Como los magnetos, los opuestos se atraen.
—Bueno, yo nunca conocí a alguien como tú.

Hizo sonar la gaita estruendosamente, haciendo que Michael se cubriera los oídos. Ella le miro luego y sonrió divertida.

Fin del noveno contacto...  

*Nota: Una disculpa por el capitulo tan corto TnT. 

Selfish #Michael Jackson FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora