Selfish #Michael Jackson Fanfic

13vo contacto ¨Hora de actuar¨

Al día siguiente...
El silencio reinaba en el apartamento, la habitación de Mike se encontraba vacía, en completo silencio. De pronto la tapa voló lejos y Michael salió como ráfaga del barril.

—¡Soy un idiota! —miro el circulo de diagramas, donde tenía los prospectos para la novia de su hermano y comenzó a poner otros.

¨Era tan obvio. Ambos eran polos opuestos, por lo tanto si Morgan quería salir en una cita, Mikhael no querría. Tenía que completar la misión; si pones las magnetos lo más cerca posible, la ciencia hará el resto.¨

Ese día Mike se puso otra chamarra, azul esta vez, una que le quedaba más ajustada al cuerpo y remarcaba sus músculos reafirmados con el simple trabajo diario. Los jeans le ajustaban las piernas largas y torneadas. Vendió su batería, —no en una suma regalada— y se encamino al videocenter.

—Quiero cada una de las películas de romance que tengas. De preferencia todas las de Hugh Grant.
—... —la chica le miro con sorpresa— ¿Todas ellas?
—Todas.

Salió de la tienda con alrededor de treinta dvd's. Llego a casa y se dispuso a ver algunas. Luego llamo desde el teléfono público fuera del edificio.

—Hola, chef. Necesito algo de tu ayuda.

Fue hacia su trabajo y llamo a Joanna, Peter y Barry. Quienes portaban sus uniformes y estaban en fila frente a él.

—Equipo, tenemos que trabajar juntos. Los elegí porque creo en ustedes —decía Michael mientras caminaba de un lado a otro—; eso... y porque son las únicas personas que conozco. ¿Puedo contar con ustedes?

Todos sonrieron, afirmando con sus cabezas y juntaron los relojes para sincronizarlos. Peter practico una pieza típica de película romántica en su violín, Joanna estaría a cargo de los fuegos pirotécnicos, Michael le permitió encender uno para practicar el lanzamiento y en cuanto este estuvo en el cielo explotando, la chica comenzó a gritar como loca e incurse en el verde pasto como si estuviera adorando a algún dios. Mike se dispuso a ir con su jefe y retarle a un juego de dardos; si los ensartaba en el blanco, se quedaría con su trofeo... solo hay que mencionar que no le fue difícil —ni un poquito—, lograrlo. Luego de eso, llamo a su hermano al trabajo.

—Aquí Mikhael.
—Es jueves, así que pensé...
—No más películas por la noche. Voy jugar basketball con unos amigos —y colgó.
—Mikhael... ¿Mikhael? —colgó y dio media vuelta, mirando a los tres chicos que le esperaban en la banca a su lado—. Houston tenemos un problema.

Los tres posaron sus manos en las mejillas. A la hora de salida en el trabajo, Mik se dirigía a su motoneta mientras Peter, Joanna y Barry le esperaban para amordazarlo; cuando lo tuvieron en sus manos, le echaron dentro de un saco y le amarraron. Ante la histeria y terror del castaño.

—¡Ayuda! ¿Qué demonios está pasando? ¡Ayúdenme!

Fin del terceavo contacto