10mo contacto ¨Buscando¨

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Mientras tanto Mikhael se encontraba en su trabajo, cuando recibió una llamada, la cual contesto de inmediato.

—Habla Mikhael... ¿A qué se refiere con ¨perdido¨?
—Bueno —inquirió el jefe de Michael al otro lado de la línea—, ha estado llegando tarde toda la semana, y hoy trajo a una chica consigo y luego desapareció.
—¿Qué chica?
—Su tutora.
—¡Yo soy su tutor!
—¿Cómo se supone que yo recuerde eso? Pensé que era una de tus novias.
—He tenido la misma novia desde hace cinco años.
—¿Entonces era tu novia la que estaba con él?
—No, ya no tengo. Rompimos.
—Que mal.
—¿Dónde está Michael?
—Sí, esa es la cuestión. No lo sé, se fue.

Mikhael alejo el móvil de su oreja y colgó, molesto.

—Idiota.

Puso pies en polvorosa y salió del trabajo, subió a la motoneta y empezó a buscarlo. Primero, en el parque donde trabaja. Llego hasta los compañeros de su hermano y le pregunto a Joanna.

—Disculpa, ¿has visto a mi hermano?
—No.
—... —sintió el fuerte aire del soplador para hojas en su cara y miro a Barry, molesto—. ¡Aleja esa cosa de mí! —no le hizo caso—. ¡Apaga el soplador, ya!

Barry se alejó de él y Mikhael siguió a Joanna para preguntarle más. Peter se acercó a él y lo tacleo de inmediato.

—¡Déjala ya!
—¡Quítate de encima!

El pobre Mikhael lucho contra Peter por levantarse. Cuando pudo, siguió con su búsqueda, ahora en el centro de la ciudad, con un policía de tránsito.

—Tiene los ojos cafés, pelo oscuro. Nunca sonríe y camina muy derecho. Se llama Michael.
—Lo encontrare —dijo el policía comiendo su helado en una banca.
—¿Seguro que no debo levantar un reporte?
—Nah, lo recordare —miro su helado.

Iba sobre la motoneta ya desesperado, mientras el sol terminaba por ocultarse.

—¡MIIIIIICHAEEEEEEEEEEEEEEEEEEEL!

Morgan salió del baño envolviendo su cabello en una toalla descolorida y le sonrió.

—Lamento dejarte tanto tiempo solo. ¿Estás bien?
—Si. Me gusta estar solo.
—¿Si?
—Si.
—A mí también —se puso unos calcetines mientras continuaba de pie—. Pero solo cuando quiero un tiempo para pensar. Generalmente prefiero estar con alguien.
—No necesito estar solo, tengo a Mikhael.
—Cierto.

La joven alcanzo una chamarra y se la puso. Sonriendo a Michael y alzando los brazos.

—¡Ta-ran! Lindo, ¿no? Igual que tu ropa.
—No, no es igual que la mía —le indico el diseño y la forma de su chamarra.
—En los colores —camino hacia la cocina, que estaba a tres pasos de ahí.
—Sí, rojo y azul.
—Y aquí vienen unas galletas recién horneadas —saco la bandeja del horno y camino con cuidado hacia él.
—Tienes que hacerlas redondas.
—Sí, has dicho eso como mil veces.
—No. Cinco veces.

El timbre sonó y ambos voltearon a la puerta.

—¿Quién es? —pregunto Michael, aun parado en el mismo lugar cuando llego.
—Genial, es ¨mini-sábado¨.
—No, es martes... —ella no le hizo caso y abrió la puerta—. Hoy es martes, Morgan.
—¡Hola! —recibió la chica a dos más con una gran sonrisa.

Entre besos y abrazos se saludaron. Una era alta y de cabello negro, y la otra muy bajita y bronceada, con el pelo castaño. Ambas algo rechonchas. Una la identificamos con el nombre de Clara y la otra, la alta, con el nombre de Lisa.

—Hola hermosa.

Michael solo agacho la cabeza y les miro de reojo. Una de ellas paso a la sala y le miro, luego la otra.

—Lo había olvidado —le comento Morgan a una de sus amigas.
—Ey, ¿Qué tal? —le sonrió una.
—Oigan, él es Michael.

Ambas se apresuraban a saludarle de mano, pero Morgan las advirtió enseguida:

—¡No puede tocar a nadie!

Al instante desistieron de ello, y solo saludaron de lejos.

—Hola, yo soy Clara —alzo el brazo.
—¿Qué onda con ese saludo Nazi? —le dijo Morgan llevando la charola por encima de ella.
—Soy Michael y tengo Asperger. Por eso la gente no puede tocarme.
—¿Él es tu novio? —dijo una entre risitas. Las tres rieron quedito.
—No —les miro de soslayo—. Absolutamente no.
—¿Qué traes ahí? —pregunto Morgan a la más alta.
—¡Tequila!
—¡Pictionary!

Celebro Morgan aplaudiendo ante tales objetos. Miro a Michael.

—Vamos, Michael.

El miro a las tres de forma curiosa y se sentó.

—Sí, ven acá. Vamos a jugar, ¿has jugado tequila pictionary antes?
—No —le miro curioso mientras jugaba con el zipper de su chamarra.
—¿Quieres una? —le extendió la charola de galletas.
—Ya te lo dije, tienen que estar redondas.
—El glaseado es la mejor parte —dijo Clara, sonriéndole.

Comenzaron a jugar luego de cortar las galletas de Michael, y por cada derrota tenían que tomar un shot de tequila. Las tres tomaron uno tras otro, mientras Michael dibujaba. Luego, fue su turno de jugar.

—Una palma...
—¡Una palma! —dijo Clara animada.
—Yo, yo lo dije primero —Mike alzo la mano con suma concentración.

Rondaban las nueve de la noche cuando Mikhael llego cansado al apartamento, preocupado y agitado.

—¿Michael?... —entro a la habitación y lo busco, incluso dentro del barril— ¿Michael estas ahí?... —saco del bolsillo del pantalón su móvil y llamo a sus padres—. Mama, ¿de casualidad no está Mike con ustedes? ... No, no te preocupes. El podrá regresar a casa por su cuenta... ¡Estoy calmado, si, si estoy calmado! Adiós —colgó y volvió a meter el celular al bolsillo, miro al firmamento y profirió en un grito—. ¡MICHAEL!

Fin del decimo contacto...

Selfish #Michael Jackson FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora