"No puedo traerte a un mundo que no conoces... El fuego no solo es luz, también puedes quemarte".
La perdición estaba mas cerca de lo que parecía, aun cuando todo parecía estar en su contra.
Guerra, dolor, muerte... En todo ese conflicto no había es...
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💮 011| Pelea Descuidada 💮
—Es broma.
Las carcajadas no dejaban de oírse en toda la habitación. Un joven pelirosa parecía retorcerse de dolor en el suelo, aunque su expresión de diversión no decía lo mismo. Sin parar de reirse de la situación paso una mano por su estomago con la intención de calmar su desenfrenada risa que no hacia gracia a su acompañante.
La princesa, sumida en la misma posición, sintió que el estremecimiento de su cuerpo desaparecía con los segundos y era reemplazado por una sensación desagradable de rabia y enojo. La pasmada joven no era del todo consciente de la situación, pero el hecho de sentirse engañada no había pasado desapercibido.
—Tú... —apretó sus puños con fuerza y sin importarle el dolor de sus extremidades hizo un exhaustivo esfuerzo por levantarse—. Acabas de... ¿reirte?
— ¿Huh? —el ojijade la miro de reojo sin entenderle.
Lucy cogi lo primero que tuvo al alcance, almohadas de la cama, y se las lanzo al joven con enojo.
—Maldición... ¡Deja de burlarte de mí! —le grito.
Sin tomarle importancia a sus actos ni a las consecuencias, la peli-dorada quería alejar su frustración.
Malditas criaturas.
El pelirosa ni se inmutó ante las almohadas ya que estas no representaban una amenaza real, mas el siguiente golpe no lo pudo prevenir. El sonar de tic-tac resono junto con el sonido sordo de chocar con su cabeza. La princesa había cogió el reloj de decoración en madera que había sobre la mesita al lado de la cama y la utilizo como arma aun sabiendo que quizás seria inútil para lastimar al joven del suelo.
La risa del pelirosa dejo de resonar en la habitación, pero fue ignorado por Lucy.
Cogió del mismo modo el florero, pero esta vez se acerco al individuo. Medito sus movimiento y luego se aproximó para lanzarle el objeto, sin embargo unas manos la sostuvieron y evitaron su cometido.
—Ya basta —el tono serio había vuelto en el ojijade creando una atmósfera tensa en el ambiente.
—Te odio... ¡Los odio! ¡Odio a su maldita especie! —la Heartfilia grito dolida dejando a rienda suelta unas lagrimas de impotencia.
El joven observo con más detenimiento la figura sobre él. La princesa aun sostenía el florero en sus manos con intenciones de tirárselo y él se lo impedía sosteniendole ambos brazos. La vista que tenia de ella era buena, pero la posición en la que se encontraban no era la más indicada para sonar amenazante.
Utilizando algo de su fuerza, quito el florero de las manos de la joven y girando su cuerpo quedo él encima de ella. Las vendadas manos de la peli-dorada quedaron estampadas contra el suelo mientras su cuerpo dio un respingo por el impacto, dejo salir un gemido de dolor de sus labios pero intento mantenerse fuerte ante el enemigo.
