"No puedo traerte a un mundo que no conoces... El fuego no solo es luz, también puedes quemarte".
La perdición estaba mas cerca de lo que parecía, aun cuando todo parecía estar en su contra.
Guerra, dolor, muerte... En todo ese conflicto no había es...
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💮 014| Separando Caminos 💮
Otra vez. Otra vez tenía que pasar. Siempre he pensado que nadie me entiende, quizás no es solo por mi actitud... Estoy seguro de ello ya que no es la primera vez que se burlan de mi cabello.
¡¿Por qué les cuesta tanto aceptar que es color salmón y no rosa?!
—Son unos idiotas —apreté los puños y me senté en una roca.
Los rasguños de mi rostro y las mordidas que recibí en mi cola se autoregeneraban por sí solas. Supongo que esto no es nada comparado a como los deje. Los niños de mi especie no hacen mas que molestarme.
Me consideran un debilucho y un inutil, sin mencionar que el color de mi cabello lo consideran afeminado. Lo peor es que por culpa de ello ni siquiera puedo considerar en tener amigos.
—Maldición... No pienso volver —me negué por cuestión de orgullo—. A partir de ahora viviré en el bosque.
Pero... ¿cómo se vive solo? Aun soy un niño que ni siquiera sabe lanzar un decente rugido de fuego ni sabe cocinar.
¡Voy a morir de hambre!
Me abrace a un tronco ocultando mis ganas de llorar. Solo tenía en mente huir pero pasando a la segunda fase ya no sé que debería hacer. Esto es un mero berrinche que debería de acabar y con ello el poco orgullo desaparecer para regresar a casa con la cola entre las patas.
Si, eso de seguro dará más motivos para que se burlen de mí.
Jamás debí salir corriendo sin tener un plan.
Soy patético.
— ¿Huh?
Entre mi lloriqueo y mi madura manera de pensar, algo que obviamente no existia, capte un aroma singular en el aire.
¿Qué es?
—Nunca antes percibí algo parecido —olfatee a mi alrededor intentando decifrar lo que era—. Es agradable, acaso... ¡¿Será comida?!
De solo pensarlo mis pies se encargaron de guiarme. Di varias vueltas, el aroma estaba impregnado en varios arbustos y su rastro guiaba en círculos. Sea lo que sea, el dueño del aroma parecía estar perdido.
—Ya lo tengo.
El últimorastro fue más fuerte y éste me guío hasta un gran árbol hueco. Bajo la falda del roble y entre sus largas raíces un extraño bulto sobresalió del ahuecado interior.
