CAPÍTULO 06

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CAPÍTULO 06 A un metro.

JASON

No asistí a la primera clase, tampoco a la segunda, con la tercera no tuve opción.

Llegué tarde al instituto; no es ninguna novedad, pero nunca me perdía dos clases seguidas. Hacía un esfuerzo por no reprobar, y, faltando a clase y con la poca atención que le prestaba, no lograría aprobar nada. Por eso me empeñaba en asistir a la mayoría, cuando no tenía ganas faltaba a una que otra... pero jamás a dos seguidas.

La razón de mi retraso fue la llegada de mi hermana mayor, Jessie, quien había decidido visitarme, colándose en mi apartamento sin pedir permiso e insistiendo en que debíamos pasar más tiempo juntos. No quería pasar tiempo con ella, era mi hermana y la amaba, pero no estaba en mis planes tenerla estresándome estos días. Su presencia agudizaba mi malhumor, me irritaba y ponía los pelos de punta que no se callara y que dejara su ropa tirada por todo el lugar.

Jessie no conocía el significado de la palabra orden.

La limpieza no es mi fuerte, era muy perezoso como para molestarme en asear mi propio desorden, por ello, me encargué de que Ellen hiciera eso por mí, una señora de tercera edad, muy amable a la cual pagaba dos veces a la semana para que recogiera mis desastres.

Yo no era alguien que empatizaba con las personas fácilmente, pero con Ellen había sido distinto, ella se ganó mi cariño a pulso. Durante los primeros meses que residí en el apartamento fue muy gentil e ignoró deliberadamente mi malhumor y mis desplantes. Tiempo después me di cuenta de que ella sí se preocupaba por mí. Ella veía más en mí de lo que mi madre nunca vería, de los que mis padres verían alguna vez.

Ella era como una madre para mí. Siempre estaba ahí, a diferencia de las demás personas, ella no se apartaría de mi lado.

Por lo mismo, me molestaba que Jessie le estuviese dejando mucho más trabajo que yo en todo un mes. Ya me había anotado el pagarle más la próxima semana, era lo justo; aunque sé que ella lo haría sin cobrar, sabía que necesitaba el dinero tanto o más que como yo necesitaba el cariño que ella me brindó.

Salgo de mi ensimismamiento y accedo al instituto con un humor de perros. Los pasillos se encuentran desiertos ya que todos están en clases. Empiezo a subir las escaleras hacia el segundo nivel y, cuando voy por el quinto escalón, escucho una voz llamarme. Esa voz chillona que yo conocía tan bien.

Me detengo y giro, encontrándome con los ojos verdosos de Ayleen.

—Jason —se acerca, por inercia me vuelvo a girar y subo con grandes zancadas las escaleras—. ¡No huyas de mí!

Llego al segundo nivel y camino buscando el aula de la clase de Ciencias. Lo único que quiero es huir de la molesta chica que me persigue antes de soltarle algún comentario grosero que la haga llorar. Todo menos hacerla llorar.

—No es cierto ¿Estás huyendo de... mí? —su voz sale entrecortada y aprieto la mandíbula, deteniéndome.

—Estoy yendo a clase, ya voy bastante retrasado —respondo, cortante—. No tengo por qué huir de ti, a menos que tú estés siguiéndome.

—Yo... solo quiero que hablemos —suena como un animalito asustado cuando me habla, como si temiese cualquier reacción que yo pudiese tener.

— ¿Sobre? —inquiero fastidiado.

—Sobre nosotros.

¿Por qué las chicas siempre se crean un nosotros?

Entre Ayleen y yo, definitivamente, no hay ni habrá un nosotros. Es demasiado frágil para mí... terminaría rompiéndola con facilidad y no quería hacerle daño.

Bésame [Versión original]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora