Drabbles ; shadonic

u n o

Necesito escribir "algo" para librarme del hiatus. Así que traigo más... "escenas" :'v

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U N O
A U

— No te levantes. Aún es temprano, Schen —gimoteó Sonic, cuando Shadow sacó la mano de las cobijas, que cubrían los cuerpos de ambos por completo, con intenciones de apagar la alarma del despertador.

En cuanto el ruidoso aparato fue apagado y Shadow comenzó a removerse con tal de estirar su cuerpo, Sonic volvió a gimotear, un tanto desilusionado. A como pudo se movió para quedar encima de Shadow para abrazarle con fuerza.

Era sábado, un día más del mes de Diciembre. Apenas eran las seis y media de la mañana, justamente la hora en que el erizo azabache se levantaba con tal de hacer los quehaceres, antes de que sus hijos se levantaran de sus camas... o bueno, ese era su intento todos los días. Si no fuera por el perezoso de su pareja que siempre quería seguir durmiendo sobre su “almohada especial”

— Sunsun, tengo que hacer el desayuno a los niños —le dijo finalmente, aún con los ojos entrecerrados. Sus cuerpos se enredaron entre las sábanas ante un leve forcejeo de su parte, en un vano intento por liberarse. La pereza corría por su cuerpo, impidiéndole espabilarse del todo, así que no podía moverse con las energías que deseaba tener en ese instante—. Por Chaos, amor. En poco van a levantarse...

— Pero yo quiero seguir durmiendo sobre mi almohadita, por favor, Schen —lloriqueó el otro en respuesta, aferrándose al esponjoso mechón de su esposo.

— Sólo haré el desayuno para ellos y vuelvo contigo —le sugirió inseguro. Tomó las manos del menor entre las suyas y las llevó tras su cuello.

Sonic gateó de nuevo y dejó un adormilado beso sobre su nariz.

— Mi boca está más abajo —rió divertido, y volvió a estirar su mano para acariciar las mejillas rosadas del otro. Su esposo rió con cierto ronroneo y bajó la cabeza, más de lo debido, para darle otro beso. Shadow volvió a reír y rodeó la cintura de Sonic con fuerza—. Ja, ja, ja... Sunsun, esa es mi barbilla.

— Joh. Mejor dámelo tú —masculló dándose por vencido; debido a que se rehusaba a levantarse de la comodidad de su cama, aún no abría los ojos.

Se dejó caer pesadamente a un lado del azabache y volvió a cubrirse con las cobijas; a ese paso el sueño se le estaba quitando, y no quería levantarse tan temprano, mucho menos cuando no tenía que trabajar.

— Tienes media hora... —gruñó levantando la cabeza, para ver a Shadow con los ojos entrecerrados.

— De eso nada monada. Sé que ya no vas a dormir más, así que... ¡arriba, “chancho de hule”!

— ¡Estúpido! —chilló entre un lloriqueo. Shadow no respondió, le tomó entre sus brazos y a como pudo le sacó de la cama. Más al dejarle de pie sobre esta, Sonic volvió a caer acostado mientras sus labios formulaban un puchero—. No quiero.

— Arriba... no me hagas repetirlo —le dijo entre un siseo de advertencia, en lo que sus manos halaban de las manos a Sonic—. Chaos, Sonic. Ni nuestros hijos me dan tanto problema para iniciar la mañana.

— No quiero —volvió a decir, estirando los brazos para buscar los hombros de su esposo. Quería abrazarlo y tenerlo encima de su cuerpo para volver a acurrucarse en aquella pelusa blanca.

Sin embargo, Shadow no estaba de acuerdo. Estaba seguro que el cobalto simplemente daría vueltas en la cama sin llegar a pegar el ojo de nuevo.

— ¡Arriba, carajo! —chilló harto. Dio un último jalón y el cuerpo de Sonic cedió hasta quedar sentado.

Sonrió mirando las vistas del cuerpo de su esposo. El menor usaba únicamente una camisa blanca que le pertenecía (y que se había puesto la noche pasada) y que justamente le daba buenas ideas, entre ellas; a mandarla como decoración del suelo.

— Arriba, dije. Ahora. Right now. ¡Que no te acuestes! —Se dio un fuerte tortazo en la frente en cuanto Sonic volvió a caer de espaldas—. Sonic, estoy a punto de tomar la almohada pesada para darte bien duro con ella.

— Mejor dame duro en otro lugar —gimoteó soltando un bostezo.

Ante aquella peculiar respuesta, Shadow sonrió pícaro.

— Conste que tú lo pediste —rió ladino, posicionando su cuerpo sobre el de su esposo mientras sus labios se ceñían al cuello del menor.

El desayuno podía esperar.