Ver a todos en la sala de estudio hizo que me recorrierá un escalofrío en toda la espalda. ¿Desde cuando tenía que haber tanto personal para un simple estudio? En las ocasiones anteriores sólo habían estado unos tres alterados, pero en esta ocasión excedían ese número por mucho.
Un peculiar rechinido llamó mi atención. Los vi y comprendí que esto no sería una simple sesión de estudio. Los carritos fueron sacados de la habitación y el temor me inundó al recordar las palabras de Ian.
-Okay- Se acerca un hombre que jamás había visto en este lugar- Será sencillo, primero quiero que recuerdes el sueño para saber cómo es que llegó a ti- Él me guió y me sentó en la camilla- Será sencillo.
Me recoste en la camilla y él la reclino, y conectó unos cables.
-¿Para que es esto?- Aparte mi mano al ver que tomaba una correras que colgaban del asineto.
-Einer. Sabes que no tienes control con el sueño, sólo es una precaución- Dándole la razón dejé que me atara.
Los nervios me invadieron porque al fin sabría con claridad lo que veia en el sueño que tengo noche tras noche. Sabía lo que significaba, gracias a Azim pero sabía que estaba incompleto.
-Relájate- Me indicó con dulzura la chica que siempre me trataba.
Sentí el pinchazo como si me clavaran una daga en el ante brazo, lo cual me hizo recordar mi encontró con Mynor. La anestesia estaba dando efecto porque ya no pude mantenerme despierta.
Aparecí en una habitación oscura, no veía absolutamente nada de lo que estaba delante de mí, ni mi nariz lograba ver, solo tenía la certeza de que estaba con vida al escuchar mi respiración acelerada. Tratando de saber dónde estaba una luz resplandeciente me cegó, tome unos segundos para adaptarme a la claridad, estaba en una habitación similar en la que se encontraba mi dormitorio, el atardecer se veía por la única ventana. Héctor entro por la puerta trasera y se quedo parado en la entrada. Frente a mí, su rostro se volvió borroso y toma forma de la de Ian. Héctor se había ido e Ian había aparecido. Intente hablar pero no pude, era como si me refrenaran o jamás hubiera tenido la facultad de hacerlo. Ian se acercó y tomó mi mano, un estallido suena con fuerza y ambos corrimos hacia el balcón, el suelo se volvió inestable y ambos nos agachamos. Ian se tele transporta hacia dentro, yo me pongo en pie e intento entrar, estaba a punto de hacerlo cuando alguien me empuja hacia el balcón, al chocar contra ello el balcón se desprende y yo caigo con él. En el aire Ian aparece, me toma de la mano y nos tele transporta.
Me levante del suelo, de un césped verde y lleno de vida. A mi izquierda tenía un enorme muro de piedra que se alzaba a ambos extremos, como de la edad media y a mi derecha un oscuro bosque que el viento lo hacía hablar. Estando en un campo justo en medio del bosque y el muro comencé a caminar al lado del muro, al doblar hacia la izquierda donde el muro seguía me encuentro con un campo lleno con personas muertas, los buitres volaban sobre ellos viéndolos como un bocadillo. Flechas, espadas y todo tipo de armas estaban entre ellos, comencé a caminar creando un camino en el medio de los campo con los cuerpos. Con cuidado, intenté no pisarlos pero era difícil. Al tratar de no pisar una mano resbale con el lodo golpeándome contra una roca, la vista se me nublo, al aclararla frente a mi veo el rostro de Héctor con sus ojos vacios, sin vida. Me aleje por el miedo, pero al observarlo no pude contener las lagrimas, abrazándolo fuertemente intento decirle algo pero me era imposible, mi pecho y garganta me ardían al intentar hablar o gritar. Deje su cuerpo lentamente en el suelo e intente ponerme en pie, secando las lágrimas que corrían por mis mejillas. Al ponerme en pie veo un hombre parado en la orilla del bosque con una daga en la mano, venía directamente hacia mí, se queda a centímetros de mi cuando recibo un fuerte golpe en la sien y caigo.
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Crystallize: El Encuentro
Teen FictionY aquí es cuando inicia el desastre. No quiero contar mi historia de niña porque es probable que se aburririan, aunque pensándolo bien, desde pequeña mi vida a sido fuera de lo normal. Vivir entre alterados y humanos, es... ¿Cómo decirlo? Extrañamen...