Llegamos a la ciudad Anónima al amanecer. El padre de Lizz había conducido sin parar, así que al llegar fuimos a su refugio y él fue directo a descansar. Tendríamos que proceder sin él.
-¿A dónde iremos?
-Al Norte de la ciudad, allí se encuentra escondido. Está cerca de la costa.
El lugar era frio, lo cual me decepcionó esperando encontrar un sitio cálido. Dejamos todo ahí y salimos del refugio, queríamos tenerlos lo antes posible.
El refugio estaba en las orillas de la ciudad, situado sobre tierra. Al caminar unos kilómetros, adentrandonos al lugar llegamos al río, donde estaba toda la ciudad. Esta ciudad vivía sobre el agua y era la única que no estaba protegida o cerrada con un muro o campo de fuerza.
Nos las arreglamos para conseguir un bote, el cual guiaba Ian. En algunas partes habían una pequeña acera para que la gente caminara y se trasladara pero en otros estaba directamente la entrada de la casa. Algunos puentes, comerciales y ventas en botes llenaban la ciudad. La mayoría de casas y edificios estaban en reconstrucción, esta era una de las ciudades que se reconstruyeron y no se hizo desde cero.
Paramos frente a un callejón, en el que podríamos entrar caminando.
-Es por aquí- Ian se baja del bote y nos ayuda a bajar.
El callejón tenía unas cuantas casas viejas y en una de ellas, sostenía en el frente una baya publicitaria. "JoyasM"
No era muy original pero tenía un nombre.
Entramos al viejo local, en la entrada había un enorme hombre cuidando la mercancía, con el arma en manos nos vio entrar. La joyería no tenía el mejor aspecto, paredes rajadas y mal pintadas, algunos muebles de madera viejos y un cuadro de un hombre espeluznante.
-¿En qué puedo ayudarlos?- Sale detrás de una cortina un hombre de baja estatura para atendernos.
-Necesitamos ver a Marko- Ian se acerca al mostrador.
Mientras él conversaba veía los collares, todos los dijes eran similares. Redondos, con la orilla de hierro. Lo que los diferenciaba era el material y lo que tenían escrito, algunos eran de madera, piedra, oro, plata, bronce, piedras preciosas y otros. Tenían unas cuantas pulseras, relojes y anillos pero los collares abundaban y sobraban.
-Él ya falleció, hace más de setecientos años- Señala el marco con la foto espeluznante- ¿Necesitan algo más?
-Déjenos verlo, somos alterados- Volvió a rogarle tratando de convencerlo- Es muy importante.
-Él ya no existe- Dijo firmemente.
-Es importante que lo...
Era desesperante escucharlos descurtir, además si él pequeño seguía discutiendo jamás llegaríamos a algún lado. Me acerque al mostrador, al lado de Ian.
-Somos alterados, Legendarios. Es urgente que lo veamos- Le dije tratando de sonreír pero no me funciono.
-¡No es cierto! Los Legendarios son mito- Dijo sin creernos.
Con Ian intercambiamos miradas. Congele por completo mi mano, al igual que la vitrina, él que nos atendió quedo impactado al ver lo que sucedía, tardo unos segundos para procesarlo. Después del impacto asintió con la cabeza y él enorme hombre que estaba en la entrada cerró la puerta. Con la puerta sellada se dirigió al mueble que estaba en la esquina derecha, metió la mano detrás del mueble y rápidamente la saco, al sacarla el mueble se comienza a mover pero solo estaba la pared «Pasen» nos dijo él amablemente después de todo.
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Crystallize: El Encuentro
Подростковая литератураY aquí es cuando inicia el desastre. No quiero contar mi historia de niña porque es probable que se aburririan, aunque pensándolo bien, desde pequeña mi vida a sido fuera de lo normal. Vivir entre alterados y humanos, es... ¿Cómo decirlo? Extrañamen...