Logramos salir y llegar al pequeño pueblo que estaba cerca con mucha suerte. Todos estábamos completos, en una sola pieza milagrosamente.
El pueblo doce era pequeño, con personas que se conocían entre sí y hacían lo mismo rutinariamente, gracias a esas personas estábamos en un lugar a salvo. Eran humanos pero no nos juzgaron como otros lo hubieran hecho.
Almorzaba en uno de los restaurantes junto con Héctor, Ian y la familia de Lizz. Todos en ese lugar comian en silencio, unos susurros se escuchaban pero eran de cuando en cuando, por algo lo llamaban el "Pueblo de la paz" era literal. Era raro que se escuchara un escándalo en todo el día, una pelea o discusiones. Por respeto nos mantuvimos en silencio, sin decir ni una sola palabra.
Finalizado el almuerzo, nos dirigmos a las afueras del pueblo, a una colina desolada.
-¿Por qué venimos hasta aquí?- Pregunté con cansancio.-Las paredes escuchan- Me contesta Ian- No podemos hablar de eso ahí.
-¿Qué cosa?- Pregunta Héctor que estaba sentado en el suelo tratando de descansar.
-Tenemos un aviso de la ciudad- Se acerca el padre de Lizz- Fue por esa razón que fuimos a las instalaciones.
Con Ian, Adam y Mynor tomamos asiento al lado de Héctor, formando un círculo mientras Lizz y su madre jugaban. Debía de ser serio para alejarnos tanto del pueblo.
-El aviso llego por ellos, no hacia las instalaciones- Aclara Ian que los padres de Lizz dieron la noticia- Tenemos que ir por los escritos lo antes posible.
-¿Qué? ¿De qué hablas?- Héctor estaba desorientado.
-Los escritos es donde se encuentra la respuesta de la ubicación de los elementos- Le explica con rapidez a Héctor- Son tres, nosotros ya tenemos uno, uno de ellos lo tienen los Schurken y el tercero esta fuera de la ciudad de Geandert.
-¿Dónde se encuentra?
-Es posible que sea el lugar donde pensamos- El padre de Lizz lo dice con tal seguridad, que hasta cierto punto me hizo creer que si sabía su ubicación- Fuimos a las instalaciones para recoger provisiones pero no teníamos contemplado lo que ocurrió después.
-Nadie lo tenía- Suelta Ian con enojo.
-¿Por qué quieren ir por los escritos?- Era mejor que se quedaran ocultos.
-Los Schurken los están buscando y creo que ya saben donde están ocultos.
-¿Y luego de tenerlos que harán?
-Los llevaremos a la ciudad, los regidores se encargaran.
-¿Por qué no se llevan a otro lado?- Llevarlos a la ciudad era como ponerlos en bandeja de plata para ella.
-Son ordenes- Lo dice Ian como si no tuvieran opciones- Necesitamos su ayuda para ir por ellos.
-No seguiré esas órdenes- Iría para ayudar pero no las llevaría a la ciudad, era muy tonto hacerlo- Si las conseguimos no las llevaremos a Geandert.
-Son órdenes- Repite Mynor como robot y cansancio.
-No me importa. Saben que si las ponemos en otro lado estarán más seguras que en la ciudad. Estoy tan segura que luego iremos por el tercero a la ciudad Schurken por el escrito para llevarlo a la ciudad, eso es querer matar a Geandert.
-Tenemos que llevarlas- Tratan de razonar conmigo.
-Mynor, tu sabes más que nadie el riesgo que conlleva.
-Son ordenes- Réplica dejando en claro lo que harían.
-No. Si tanto quieren los escritos los regidores en el pueblo que los busquen ellos.
-Si no los llevamos al pueblo ¿Dónde lo esconderemos?
-En las ciudades perdidas- Al fin habla Héctor y me alegraba que dijera eso.
-Nadie conoce ese territorio- Alza la voz Adam con un poco de temor al mencionar las ciudades perdidas.
No me sorprendía que tuviera miedo por ello, la mayoría la tenía. Esas ciudades viejas y abandonas siempre fueron centro de las historias de miedo. Además que las personas que iban hacia esos lugares ya no regresaban.
-Es una ventaja ¿No creen? Estarán más seguras allí que en la ciudad- Su respuesta había sido tan certera.
-¿Por qué no las destruimos?- Si no estaban no habría problemas.
-No se puede- Ian se acomoda y prosigue- Si encuentran otra forma de buscar los elementos tendremos que recurrir a los escritos para llegar antes que ellos.
-Solo iremos nosotros cinco y Dylan- Seguramente él ya sabía y se quedo con el grupo para distraerlos- Nos iremos hoy en la noche.
-¿A dónde?
-A la ciudad Anónima. Marco se encuentra en ese lugar, él es el protector de los escritos.
Ya estaba en lista para ir por los escritos. Solo a eso habíamos ido a la montaña, a discutir por ese tema. Haciendo esto sentía que mantenía con vida la promesa que le había hecho a Brandon, no apagaría la guerra pero con ello intentaríamos apaciguarla.
Al regresar al pueblo ya estaba anocheciendo, en un par de horas partiríamos. La casa temporal de los padres de Lizz se encontraba ahí, así que llenamos una mochila con provisiones, agua y comida, lo esencial.
Amablemente la madre de Lizz me dio ropa más acogedora para la ocasión. Estando en el baño tome una larga ducha, desde que estuve en las instalaciones hasta este momento no había tocado el agua para ducharme, era glorioso. Cepillando mi cabello, ya estando cambiada tocan la puerta.
-¿Qué sucede?- Abro la puerta.
-Tienes que comer algo antes de irnos- Era Ian preocupándose por mí, al instante a mi mente regreso Gabe. Lo extrañaba terriblemente.
-Ah... Si- Contesté con un nudo en la garganta y el recuerdo vivo de Gabe.
Saliendo del sanitario fui directo al comedor, donde todos los que iríamos estaban reunidos. En el centro de la mesa había un cesta con panes, cada uno tenía su plato lleno de comida y un vaso con jugo. Comida casera, como una madre lo hacía era lo que necesitaba. No tenía mucha hambre por los nervios pero tuve que comer porque sabía que en el camino la tendría.
Después de comer espere en la sala junto a Héctor quien se durmió en mi regazo. Estábamos esperando que nos dijeran cuando nos iríamos. Era media noche y el pueblo estaba en un profundo silencio, Lizz y su madre estaban durmiendo, el grupo con el que habíamos salido estaban en otro lugar descansando, no sabían absolutamente nada.
-Es hora- Nos avisa Ian- ¿Les hace falta algo?
-Yo no- Despierto a Héctor el cual se sienta en el sillón entre bostezos.
-No- Se estira.
Estaba agradecida que pudiéramos movilizarnos en un auto. Íbamos apretados pero al menos no caminaríamos.
El padre de Lizz conducía, Adam iba de copiloto, Héctor, Ian, Dylan y yo íbamos atrás como sardinas, apretados.%¤♡☆
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Crystallize: El Encuentro
Teen FictionY aquí es cuando inicia el desastre. No quiero contar mi historia de niña porque es probable que se aburririan, aunque pensándolo bien, desde pequeña mi vida a sido fuera de lo normal. Vivir entre alterados y humanos, es... ¿Cómo decirlo? Extrañamen...