"NO PUEDE SER"

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La clase había empezado con total normalidad, la profesora se había presentado y había indicado los contenidos que iban a ver en su materia durante el curso escolar. Posteriormente, explico un breve juego en donde tendrían que presentarse uno por uno a toda la clase para que se conocieran un poco más, juego que no le hacía mucha gracia a Agoney, ya que no era su fuerte ponerse a hablar delante de tanta gente.

Los chicos fueron presentándose rápidamente con sus nombres y la razón por la que estaban allí. No tardó mucho tiempo en llegar el turno de Agoney, que se levantó algo tembloroso de su silla obligado por Nerea, la cual montaba una pequeña sonrisa en sus labios para darle fuerzas al moreno.

Agoney - Y... Yo me llamo A...

Cuando por fin había reunido el valor para comenzar a hablar, suena la puerta del aula. Mamen, la profesora que se encontraba en ese momento, pide disculpas y se dirige a la puerta para abrir. Esa fue la peor idea que podría haber pasado, ya que por la puerta aparece el cuerpo de un pequeño rubio con acento catalán que pasaba la mano por su pelo para peinar el tupé y se disculpaba constantemente por llegar tarde.

Raoul - Perdón, lo siento mucho... Se retrasó el autobús y tuve que venir andando el trayecto que me quedaba (Decía el rubio desde la puerta de la clase)

Mamen - No pasa nada, muchacho, no habíamos avanzado mucho... Toma asiento.

Agoney seguía sin creerse lo que estaba viendo... Ese chico era igual al del sueño que había tenido esta mañana, pero eso no podía ser, no se puede soñar con la cara de alguien que no has visto nunca en tu vida. Siente como una mano tira de su camisa hacia abajo, así que baja la mirada para ver a su amiga.

Nerea - Ago, ¿Estás bien? Te noto algo pálido, ¿Quieres que te dé un poco de agua?

Agoney - ¿Eeeh? No... no me pasa nada tranquila, solo que he se me ha venido a la cabeza una imagen algo familiar.

Nerea - Mi amor, ya sabes que pasó en Tenerife no se volverá a repetir nunca ¿Vale?, yo estaré a tu lado para impedirlo.

Agradecía mucho que Nerea estuviera en uno de sus lados en estos momentos. Y digo en uno de sus lados, ya que Raoul había ocupado su otro lado debido a que no había ningún otro sitio libre en la clase. El canario todavía seguía de pie, puesto que no le había dado tiempo a decir su presentación.

Mamen - Muchacho, puedes continuar hablando.

Asintiendo mordiéndose el labio inferior con algo de fuerza, si ya le estaba costando hablar delante de tanta gente, ahora con el chico con el que había tenido un sueño a su lado iba a ser peor.

Agoney - Yo me llamo A... Agoney, tengo 20 años y la razón por la que estoy aquí pues... Yo creo que es como la de todos, llegar a poder cumplir un sueño.

Después de haber dicho su pequeña presentación, la profesora le indicó que ya podía sentarse y pasaron al siguiente. Nerea le dio un pequeño beso en su mejilla estando muy orgullosa del chico, haciendo que este esbozara una pequeña risita de alivio. Cuando iba a escuchar la presentación de Alfred, una pequeña palmadita por su izquierda lo despista y hace que desvíe toda su atención al chico rubio de su lado.

Raoul - Hola, perdona... Yo me llamo Raoul y solo quería decirte que me ha gustado como te llamas y que si podrías dejarme tu número de teléfono para estar en contacto. Soy nuevo este año y no conozco a nadie, y ya que vamos a ser compañeros de mesa pues así estamos en contacto.

Mientras Raoul hablaba, Agoney no podía parar de mirar a la sonrisa que se le formaba al contrario en los labios. Cuando volvió al mundo real de sus pensamientos, se encontró al rubio mirándole esperando a una respuesta con la agenda de contactos de su móvil en la mano.

Agoney - Eee, claro claro... Bueno, mi amiga y yo también somos nuevos por aquí y no conocemos a casi nadie, pero así nos mantenemos en contacto por si hay cosas de clases que necesitemos. 

Iba explicando Agoney con un leve hilo de voz mientras que con sus manos iba apuntando su nombre en el móvil del contrario. Cuando había terminado, le devuelve el teléfono al catalán haciendo que las manos de los dos se rocen suavemente, acción que para Raoul pasa desapercibido, pero que para el canario es todo un mundo.

Raoul - ¡Muchas gracias! Eres muy majo, ¿Sabes? Y yo que pensaba que no iba a hablar con nadie y resulta que ya tengo hasta casi un amigo

El de rizos dibuja una sonrisa en su boca al ver la confianza que había cogido el catalán en tan pocos minutos. Luego de esta pequeña conversación entre ambos, Agoney volvió a intentar poner atención en las pocas personas que quedaban por presentarse, echo que fue en vano, ya que su mente no dejaba de darle vueltas a la imagen de Raoul. 

Su primer día de clases había finalmente acabado con éxito y con un nuevo reto para Agoney: Cada uno tendría que cantar para la semana que viene una canción de libre elección para que así Mamen pueda evaluar el nivel de cada uno. Para animar un poco al muchacho y para celebrar que por fin alguien le va a escuchar cantar, Nerea y Agoney se dieron el capricho de comprar para almorzar algo de comida rápida y volvieron a casa para pasar lo que quedaba de día juntos. Cuando llegaron, se pusieron rápidamente el pijama y comieron tranquilamente tirados en el sofá mientras veían una película en la televisión.

Se podría decir que Agoney, por primera vez en su vida, se encuentra feliz. Pero el nuevo terremoto de emociones que le está por venir va a hacer que se dificulten un poco las cosas.

Quererlo por Causalidad - AlfXRaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora