※Capítulo 34※

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El ambiente estaba calmado, no había viento, ni siquiera una suave brisa. El frío no existía y no había nubes. Solo se presentó ante mi un estrellado y precioso cielo con una gigantesca luna en el centro. Tan perfecto en todo su esplendor. Como una escena de película. Simplemente maravilloso.

Suspire pensando en las palabras de mi lamentable sólo compañero de cuarto que me daban vueltas en la cabeza. Prácticamente Jimin me había prohibido expresarle mis sentimientos, pero eso era algo tan inevitable que hasta yo mismo me había acostumbrado a dejar fluir.

-puta madre-maldecí sin pensar soltando con furia la barandilla para sentarme en el banco colgante color blanco. Aunque sea eso me aumentaba los ánimos, aquel lugar llevaba mi esfuerzo. Yo mismo había reformado una de las esquinas de aquel edificio. Había colocado un banco movible, unas luces navideñas al rededor del barandal, y una maceta color rosado que se encontraba vacía pero le daba un toque natural... mmm... supongo.

Escuche abrirse la puerta a lo lejos. No di respuesta, tal vez hubiera sido algún vecino. Pero al momento en que esos pasos comenzaron a acercarse comencé a preocuparme de que quisiera invadir mi área.

Voltee a penas un poco para distinguir a la típica cabellera rosada viniendo hacia mi. Rápidamente observé el cielo y caminé hasta el barandal.

A los pocos segundos la presencia de un cuerpo se sintió a mi lado el cual solo ignoré con total descaro.

-lo siento, creo que he sido grosero contigo- habló esa dulce e inquietante voz.

Pero sin embargo no le contesté, solo volteé la cabeza mas hacia dirección contraria.

-lamento si dije algo que no debía- suspiró- últimamente me he sentido un tanto extraño.

No respondí nuevamente. Jimin al ver mi actitud solo suspiró y estiró los brazos sobre la baranda decidido a insistir.

-¿sabes? Debo admitir que convivir contigo es realmente cómodo. En tan solo unos pocos días siento que puedo confiar en ti.

¿Co-Confiar en mi? ¿Está loco? ¿Confiar del chico que se enamoró de él sin si quiera conocerlo? Aunque eso de observarlo las seis horas en horario de instituto realmente ayuda.

-oye...- siguió hablando al ver que aun yo no contestaba- escuchame, Jungkook...

Lo miré ferozmente con el seño fruncido y se sorprendió entre abriendo tan solo un poco sus labios. Su bellísima piel estaba siendo iluminada por el color de las luces rojas, verdes y amarillas y por un momento creí que se trataba de una mismísima película navideña. Los segundos pasaron y aún no supe que decirle. Simplemente estaba enojado, eso es todo. Pero tenía en cuenta que el no era culpable de nada.

-realmente lo siento... -bajó la cabeza- se que soy una molestia, y no quiero serlo.

-no eres una molestia- susurre tan bajo que no creí que me escuchara.

-no quiero herirte, y no se como no hacerlo.

-no te preocupes por eso, ya pasará.-lo mire con la intención de que supiera que quería que dejara el tema, que estaría todo bien y que no debía preocuparse por nada. Sin embargo, mantenía su mirada inquietante sobre mi.

Agradecí que no dijera nada, solo miramos simultáneamente el cielo estrellado que estaba frente a nosotros.

-esto es lo bueno de vivir en un edificio- Sonreí observando aquella luna tan grande que iluminaba con todo su esplendor.

Jimin me miró un segundo y luego a su alrededor. Medio sorprendido como si no se hubiera dado cuenta en donde se encontraba.

-ojala tuviera un lugar así para mi

Sonrió

-‎a ti te lo comparto, ya que vivimos juntos.

-‎¿enserio?-torció sus labios, esos grandes y suaves labios.

-‎si, solo si prometes no traer a nadie

-‎claro, aunque de todas formas... como compartes algo que prácticamente no tiene dueño

Parpadee rápidamente sintiéndome herido. Ese lugar era mío.

-‎si lo tiene, y se llama jeon jungkook-espeté.

-‎muchas personas vienen aqui a diario

Rayos, tanto tiempo dedicándome en algo para que luego crean que no es mío, tengo todo el derecho a crédito.

-‎ya todo el edificio me conoce, saben que yo mismo los echaría.- me crucé de brazos- Aparte tienen otros tres extremos mas, joder.

-‎¿porque eres así?-ríe mostrando esa preciosa y blanca sonrisa con sus ojos que desaparecían derrepente. Me pegué mentalmente ante esos malditos pensamientos que me atormentarían un largo tiempo y le contesté con toda la intención de iluminarlo.

-‎nadie hace nada aquí, y lo menos que puedo hacer al decorar la terraza es tener aunque sea el crédito de hacerlo mío ¿entiendes?. Como mucho pueden mirarlo, pues yo le he dado vida a esta puta esquina. El banco ese también es mío, yo mismo lo compré con mi dinero, las luces son mías y por lo tanto no tengo cuales poner en mi árbol de navidad en diciembre, incluso la maseta de allí es mía, y la planta me la regalará mi madre. La esquina es mía, Jimin. Es mi esquina.

-‎¡okey ya entendí!-estalla en carcajadas- no tocar la esquina de Jungkook

Sin poder evitarlo terminé sonriendo también. No podía, es que el sonido de su voz efectuando esa bella risa tan melódica que era como si escuchara todas mis canciones preferidas en tan solo unos segundos. Cada maldita acción me daban ganas de besarlo, tocarlo o por lo menos mirarlo. Y sabia que seguiría así si no cortaba el rollo de una vez por todas.

Cegado en un ensoñamiento en el que ni yo mismo comprendía respondí sin pensar.

-‎ya te dije, a ti te la comparto.

-‎¿porqué?- preguntó bajando el tono de su risa pero aun manteniéndola.

-‎porque eres especial tal cual como este lugar, y creo que deberíamos hacerlo juntos.-hablé.

Derrepente su expresión fue cambiando a una sonrisa torcida y de eso a una seria. Mi corazón se aceleró asustado al ver lo que estaba causando.

-ha-hablo de reformar la esquina, tu podrías darle la imagen visual y yo le doy el toque decorativo- trague saliva- a eso... a eso me refiero...

No contestaba. Miró tan solo nuevamente las estrellas unos segundos apretando el barandal de la terraza. Cuando volvió a dirigirme la mirada estaba inexpresivo.

-¿la imagen visual?- solo preguntó. Trague en seco e intenté aparentar normalidad.

-‎ya sabes... las personas que son muy perfectas de rostro tienen oportunidad como una imagen visual en algún centro comercial o una revista, algún lugar bonito o cosas así.

Jimin solo sonrió de lado paseando sus ojos por todo el espacio hasta terminar nuevamente en mi mirada.

-¿me acabas de decir que mi cara es perfecta?

Dios, no quería que sonara tan así.

-¡n-no hablaba de eso!-tartamudee

-¿ah no?- rió

-no... solo un poco-baje la cabeza

-un poco mucho- lo sentí sonreír. Luego se movió para estirarse. Yo no quería mirarlo, prefería quedarme así hasta que dejase de estar tan avergonzado.- ya me iré a dormir, estoy cansado.

Asentí

Comenzó a caminar a gachas con las manos en los bolsillos hasta la puerta de entrada hasta que detuvo su paso y volteó apenas un poco- ah y jungkook...- lo observé y tan solo dijo suave y sutilmente- no te rindas

Enamorado de Park Jimin [jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora