※Capítulo 38※

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A la mañana siguiente mis ojos se abrieron todos pegoteados y mi cuerpo dolía horrores. Mi cabeza estallaba y no había ido a clases. Tampoco tenía las intenciones de ir.

-mierda- me quejé apretando los ojos y removiéndome contra la pared.

Me llevó varios segundos entender como había llegado hasta allí. Bostezé y luego miré a mi alrededor para después lograr recordar toda la discusión de la noche anterior. Mi corazón dio un vuelco poniéndome de pie al instante.

Jimin...

Abrí la puerta rápidamente quitando el seguro y sin mas la abrí. Jimin no se encontraba en ningún lado.

-Se ha ido...-susurré

Saqué mi cabeza para observar mejor y me vi reflejado en el espejo que se encontraba en el pasillo. No pude admirar otra cosa que no fuera lo desalmado que estaba mi cuerpo. Mi cabello alborotado y enredado, mi remera gris manga tres cuartos toda arrugada y mis shorts sucios por estar toda la noche en el piso. ¿Y mi rostro? ¡Ja! Era una completa poesía. Mis ojeras terriblemente gigantes y mis labios resecos. Mire a los costados para ver si alguien me observaba. Pero no. Así que con sigilo me encamine hasta el espejo para verme mejor. Y de no haber sido porque recién me despertaba y no veía nada no hubiera caído horriblemente al piso cuando tropecé con algo.

-¡Ahg!-me quejé tomando mi rodilla ya en los suelos rogando que ningún vecino haya escuchado-¡Oh santo dios!-pero me sobresalte al ver que me había tropezado con un pie.

Seguí la mirada a lo largo de ese cuerpo todo desparramado sobre la escalera que conducía hasta el piso de arriba. Allí se encontraba el buzo color marino de Jimin que tanto amaba y logré reconocerlo al instante. Sin embargo el ni se inmutó. Se mantuvo con sus ojos cerrados como si no hubiera dormido en toda la noche. Sus mejillas estaban rojas debió de ser del frío y no pude evitar sentir toda la culpa cargada en mis hombros...

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Enamorado de Park Jimin [jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora