1. Completamente decidido.

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Alec no paraba de darle vueltas a la cabeza mientras entrenaba, pero ya estaba completamente decidido, esta era la noche.

Su homosexualidad ya había dejado de ser un secreto, todo el mundo sabía que salía con el gran brujo de Brooklyn, y lo cierto era que su relación con Magnus iba cada día mejor. En este momento estaban en un punto de su relación, en el que la pasión era cada vez más difícil de controlar. Sabía que el brujo se preocupaba por él, el mismo Magnus le había dicho que le amaba, su novio hacia cualquier cosa por él. Y cuando estaban solos, y la cosa se ponía demasiado caliente, Magnus siempre le paraba antes de que el asunto se descontrolara por completo, intentando así proteger la inocencia sexual de Alexander. Pero esta noche sería distinta, Alec no dejaría que Magnus le parara esta vez.

El nefilim estaba algo nervioso, eso no podía discutirlo, pero estaba completamente decidido a hacerlo.

Se estaba acercando la hora de su cita con Magnus, y no quería llegar tarde. Paro de golpe su entrenamiento, y corrió a su cuarto para prepararse. Al llegar a su cuarto se desnudó rápidamente mientras se dirigía a su baño, encendió la ducha y se metió, se enjabono rápidamente y se lavó el pelo. Se aclaró rápidamente el champú del pelo y dejo que el agua callera llevándose la espuma de su cuerpo, salió y se secó con su suave toalla.

Parado enfrente del espejo secándose todo su cuerpo, no pudo evitar echar una mirada a su reflejo "¿y si a Magnus no le gustaba lo que veía?" "¿y si estropeaba el momento?" "¿y si Magnus le paraba porque no quería hacerlo con él?" el joven meneo la cabeza para intentar ahuyentar esos pensamientos de su mente.

Cogió una de sus camisetas, tratando de elegir la más nueva que tenía, aunque esta ya había perdido un poco el color y estaba dejando de ser negra, un pantalón también negro y un poco gastado en la zona de las rodillas, unos Bóxer y unos calcetines también negros como casi toda su ropa claro y sus botas nuevas que solo había comprado porque las viejas estaban completamente rotas y siempre tenía que tener dos pares.

Ya vestido se volvió a mirar en el espejo, esta vez sin darle vueltas a la cabeza e intento colocarse un poco el cabello, tras un rato desistió de los intentos fallidos. Respiro hondo, cogió su chaqueta de cuero de encima de la cama y salió de su cuarto con paso firme y decidido.

En la calle soplaba un viento frio que movía el despeinado pelo aun un poco húmedo, pero esto ayudaba al chico a aclarar su mente, sabía lo que quería, estaba listo y era el momento. Acelero el paso, quería llegar lo antes posible al loft del brujo y poner en marcha su plan para esa noche, el plan original sería el de todos los viernes: cenar juntos en algún restaurante de moda en Brooklyn, ya que desde que su relación dejo de ser un secreto avían dejado de ocultarse en restaurantes mundanos, ver una película, película que generalmente Alec no entendía, una sesión de besos apasionados que acabaría con el brujo o bien mandándolo a casa o retirándose a su cuarto solo. Pero esta noche no sería así.

El nefilim tuvo que coger dos metros para llegar hasta su novio, trayecto que como siempre estaba haciendo con su querida runa de invisibilidad. Después un paseo hasta llegar a la puerta del bloque de pisos donde vivía el brujo. Antes de llegar se quitó su runa de invisibilidad, no hacía falta ya que su amado lo vería aunque la llevara pero no quería que Magnus supiera que la avía utilizado, aunque algo le decía que Magnus sabía que seguía haciéndolo y no le decía nada porque sabía que era por su timidez y no por él.

Alec saco la llave del portal y paso cerrando la puerta tras de sí, subió las escaleras en completo silencio hasta llegar a la puerta que le separaba de Magnus. Respiro profundamente tres veces metió la llave en la cerradura y la giro. Abrió la puerta lentamente y pasó dentro del loft después cerró la puerta con cuidado.

Te quiero. "Malec"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora