2.Deja de tratarme como a un niño.

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- ¿Cómo qué no? - la voz del brujo salio más sorprendida de lo que esperaba, Alec nunca le decía no, aceptaba que Magnus lo parase sin problemas.

- Como que no... que no voy a parar... que no quiero parar.- Magnus intento hablar pero Alec lo interrumpió con una voz mucho más firme que antes. - No voy a parar, no quiero. Deja de tratarme como a un niño. Puedo ser joven pero no lo soy tanto. Soy tu novio, y quiero más. Me gusta lo que hacemos, no me mal intérpretes, pero quiero más. Estoy cansado de que me mandes a casa como si hubiera echo algo indebido, estoy listo y quiero más. - Magnus lo miro sorprendido, no solo por el pequeño discurso que le acababa de ofrecer, si no por lo que sus palabras significaban para ambos.

- Alec estás seguro de lo que estás diciendo, eres consciente de lo que significa... - el chico echo la cabeza hacia atrás con un gruñido.

- Claro que soy consciente - Alec levanto rápidamente la cabeza, esta vez le miraba con preocupación y miedo - tu no quieres verdad, es eso... no quieres más de mi...

- Claro que quiero más - dijo el brujo interrumpiéndolo - pero... es tu primera vez Alec, ese es un momento muy importante... no quiero que te arrepientas después. Quiero que estés completamente seguro, completamente listo.

- Lo estoy Magnus, lo deseo, lo deseo desde nuestra primera cita, pero no estaba listo entonces. Pero ahora si... ahora lo estoy.- El brujo miro fijamente al nefilim, llevo sus manos a la espalda del muchacho y tiro de el asta que sus cuerpos chocaron, abrazando fuertemente al chico.

- Te quiero Alexander, te quiero y no quiero dañarte.

- No me dañaras - dijo Alec contra el hombro de Magnus.

Alec alzo de nuevo su rostro sin separar su cuerpo del de su novio y comenzó a besarle de nuevo.

Esta vez Magnus no corto el beso, sino que lo siguió con ansia. Los labios de ambos se movían sin parar mientras sus lenguas jugueteaban. Alec rodeo el cuello de su brujo mientras este acariciaba la espalda del joven con ambas manos. El calor de sus cuerpos se fue volviendo cada vez más fuerte mientras los besos se disparaban junto a sus pulsos. Magnus corto el beso llevo sus mano al borde de la camiseta de Alec, la agarro con ambas manos y tiro de ella hasta sacarla por la cabeza del menor y la lanzo a un lado del sofá, acto seguido llevo sus labios al cuello del nefilim creando un camino de húmedos besos hacia su clavícula, Alec echo hacia atrás su cabeza con un gemido fuerte y apasionado que volvió loco a Magnus endureciéndolo aún más.

Alec llevo sus manos a la camiseta de Magnus y repitió los actos del brujo, arrebatando a este de la prenda que cubría su torso y besando de manera más torpe el cuello del brujo, provocando suaves gemidos.

De repente un maullido izo que ambos se separaran, Presidente Miau estaba atrapado en la camiseta de Magnus. Observando al pobre felino ambos sonrieron, con un suave movimiento de la mano del brujo y sin magia libero al gatito de la prenda, después observo al gatito alejarse corriendo.

Magnus miro a Alec sonriente, este le devolvió la sonrisa. El brujo echo una mirada malvada al joven muchacho y se quedó paralizado. De repente el brujo cogió las piernas del nefilim con fuerzas y se levantó sosteniéndolo. Alec jadeo y se agarró a su cuello con más fuerza.

Te quiero. "Malec"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora