16. Culpabilidad.

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"- sitios – contestó despreocupadamente – ya sabes sitios misteriosos.

-¿sitios misteriosos?

Alec asintió.

Magnus se volvió a dejar a caer sobre la almohada.

- ya veo que has ido a Loquilandia- masculló, y cerró los ojos- ¿Me has traído algo?

Alec besó a Magnus en la boca.

- Solo esto- contesto en voz baja, apartándose, pero Magnus, que había comenzado a sonreír, ya lo había tomado por los brazos.

- Bueno. Si vas a despertarme- dijo- al menos puedes hacer que valga la pena.- y tiró de Alec para que se pusiera sobre él."

Ciudad de las Almas perdidas.

                                                                                        *** 

La mente de Alec no podía dejar de darle vueltas a las palabras de Camil mientras notaba el maravilloso cuerpo de Magnus bajo el suyo y este le besaba el cuello.

Movió ligeramente la cabeza intentando deshacerse de sus pensamientos para centrarse en las caricias de su amado.

Alec llevo sus manos a lo largo del cuerpo de su hombre acariciando suavemente cada uno de sus músculos mientras magnos gimoteaba en su cuello, y repasaba su espalda con las manos.

- Ágamos que el susto de presidente miau merezca la pena, no te parece.

- No creo que el pobre presidente opine lo mismo.- la voz de Alec sonaba seria.

- Que serio mi vida... ¿no quieres jugar?

- Contigo siempre tengo ganas de jugar.- Magnus sonrió.

- Entonces a que esperas para hacerme tuyo.

Alec gimió y ataco los labios del brujo, poco a poco sus labios fueron viajando por el otro cuerpo, hasta llegar al elástico a la cintura del brujo, cogiéndolo tiro suavemente del asta deshacerse de la ropa que cubría el cuerpo del hombre.

Alec subió hasta la entrepierna del brujo dando pequeños besos a su paso hasta llegar al miembro hinchado de su hombre, dejando pequeños besos de la punta a la base, dando pequeñas caricias a sus testículos. Magnus gimoteo en respuesta a sus caricias. Alec comenzó a pasar su lengua por su miembro con caricias que hacían temblar al otro de arriba a bajo.

- Ommm... adoro esa lengua tuya.- dijo Magnus con un gruñido.- Se siente tan biennnn.- la voz de Magnus se fue al notar como Alec introducía su miembro en su dulce boquita.

Alec besaba, lamia y acariciaba sin parar, aumentando su ritmo una y otra vez mientras jugaba con sus dedos en la entrada de su amante, el brujo soltaba roncos gemidos al notar la boca de su amante cubriendo su miembro y sus dedos pasando y saliendo de su interior.

- ya... Alec ya... no me agás rogar te quiero dentro.

Alec soltó el miembro hinchado con una débil risita, se deshizo de su bóxer de un tirón y con lentitud se colocó entre las piernas de su hombre introduciéndose lentamente en su interior mientras alzaba las caderas del brujo con sus manos.

Magnus no pudo evitar dejar escapar un grabe gemido al notarse de nuevo completo, Alec recorrió el cuerpo del brujo con sus manos mientras balanceaba las caderas aumentando su ritmo lentamente, dejándose llevar por los gemidos y gritos de su amado.

Besos, caricias, pasión... eran las cosas que importaban, el amor, el placer, la unión de sus cuerpos una y otra vez hasta que el sol comenzó a brillar de nuevo en el cielo y los dos cayeron rendidos en un dulce y profundo sueño producido por el cansancio. 

Te quiero. "Malec"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora