Carretera

148 15 18
                                    

La tarde estaba decayendo, junto al sol huyendo, ya faltaba muy poco para la noche. Total, eran cerca de las cinco y veinte, que por donde iban ya no había más lo que era luz natural, por lo que Karamatsu prendió las luces del auto tras el volante.

Ichimatsu estaba levemente dormido, según él, el atardecer le daba sueño y qué mejor que dormir en el asiento de copiloto totalmente echado. A Karamatsu le gustaba ver a su esposo dormir, excepto cuando estaba enojado y este le daba la espalda. Y este era el caso, pero no estaba enojado con él, o eso creía... Siendo que frenéticamente lo miraba mientras conducía. Solo tenía la cabeza volteaba, quien sabe si durmiendo o mirando depresivo hacia el oscuro paisaje a su derecha.

Karamatsu siguió conduciendo aunque la curiosidad lo estaba matando a golpes, como su esposo.

A lo dejos vio una especie de sobrante de carretera, esos de los conductores usan para voltear vuelta atrás o parcarse. Y fue lo segundo que hizo. Aparco el carro y salió  de este. Le dio la vuelta al capó tocandolo suavemente y llegó hacia la otra puerta.

Evidentemente Ichimatsu estaba dormido o se hacía pero era un hecho de que estaba con los ojos cerrados.

Karamatsu abrió su puerta y se inclinó antes su amado y lo besó dulcemente en unas de sus mejillas. Era inevitable creer que era un bebe atrapado en la mente y cuerpo de un adulto en potencia. Sus gordos cachetes eran los mas suaves que habia conocido.

Era algo bastante egoista pensar que por esos detalles se enamoró de él y todo lo que le pertenece a Ichi tambien era suyo y viceversa.

Karamatsu dejó a Ichi tranquilo y regresó a su asiento a conducir y esperar llegar a la hora planificada hacia donde querian pasar el fin de semana.

[...]

Estaban en un temible abismo, donde el fondo parecía sin limite y que cuando termine, haya alguna jauría de cualquier bestia. Pero era de solo imaginarse caer.

No iban a caer.

Ichimatsu abrió sus piernas y las apoyo hacía la ventana frontal y consola del coche.

       — ¿Ichi? —Kara lo llamó, sin perder el control en el timón.

       — ¿Qué?— se volteó molesto.

       — ¿Por qué estas molesto conmigo?

Ichi frunció el cejo, buscandole lógica a la pregunta.

       — Por nada. No sé porque siempre crees que estoy molesto contigo, y apesar de las estupideces que haces y dices, tienes agallas...

Karamatsu sintió su pecho encojerce. Siempre trataba de ser dulce y caballero con su esposo pero este respondía de las peores maneras.

       — Parece que no me quieres. Siempre dudas de mí y no me refiero por la fidelidad. Sino, de mi amor. Odio que te subestimes, eres hermoso en todas tus formas.

Ichi se volteó a verlo, con la sangre subiendo a su rostro, pero este conducía con la concentración del mundo y la boca temblandole.

       — Entonces tu tampoco dudes de mi — dijo enseñandole por encima del volante su mano. — Sigo teniendo y usando tu maldito anillo de matrimonio aparte de soportar tu personalidad de bazofia y lo estolido que solo sale de tu boca.

Kara siguió conduciendo, pero con duras penas y las ganas de llorar alsando las cuerdas como a una marioneta.

Obviamente se estaba poniendo nervioso y cada movimiento con la camioneta era conducida en zig zag.

       — ¡Kara, controlate!

Escuchando el reclamo de su amado revotar como eco en su mente le hizo reaccionar como un robot, totalmente a su merced.

Y como a un perro que le dan una orden y de rocompensa un golpe menos, se tranquilizó y evitó ambos se pudran en el fondo del abismo a sus lados.

       — Te amo, pero eres un idiota. — rió dulcemente Ichi, volteandose otra vez a la ventana y palpar su frialdad.

[...]

Estaban otra vez parcados, pero esta vez, Kara no besó simplemente su mejilla, sino, cargó a su amado hasta el asiento de atrás  y meterse ambos.

       — ¡Kara! ¿Qué h-haces?— dijo dificultosamente con los besos callandolo.

       — Amandote, y con locura. — dijo abrasandolo contra el asiento.

Ichi sonrió con ternura y se dejó encariñar. Y sintió a Kara encajarse como un rompecabezas en su cuello.

       — No dejaré de amarte. — Ichi habló con una viz tranquila mientras acariciaba el cabello de Kara,— Y como te prometí en nuestro matrimonio: "Hasta que la muerte nos separe."

Kara se levantó del calido cuerpo de Ichi y se miraron, con obsesión, totalmente enamorados. Y se besaron.

Estuvieron bastante rato dandose amor. Y decidieron cambiar de conductor, esta vez Kara descansó en el asiento de copiloto.

Ichi estaba viendo con concentración la carretera, con unos lindos lentes negros de descanso. Pero se estaba cansando un poco por lo que hizo un cambio y aceleró, cuando hizo esto, Kara posó su mano sobre la de Ichimatsu y mirándose con aprecio y una sonrisa digna de ser llorada. Pero tanto tiempo se admiraron, que un camión tocó su bocina de camión, valga la redundancia.

Ichi reaccionó con pánico, siendo que cuando se volteó habia invadido el carril contrario donde un camión de gran carga estaba pasando con pesada magnitud.

Kara miraba sorprendido a toda la escena y en shock y decidió tomar del volante, pues con su esposo, no funcionaba lo del perrito obediente y cuando se ponía nervioso, no habia quien le despertara.

Ichimatsu seguía moviendo el volante a todas partes menos a donde debía.

El monstruo enfrente suyo, los aplastó contra ellos, y definitivamente las llantas ya no estaban cordinada y cada cual iba a donde quería.

Lamentablemente se acercaron mucho al abismo, y no tardaron mucho minutos para caer, y tardarse unos cuatro segundo para que el estruendo sonara en toda la cordillera subterránea.

"Hasta que la muerte nos separe."

Y bien que los separó.

Fin♡.

▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪▪

Esto es un regalito para Almeja-chan que hoy es su cumple, gracias por ser esa loca que nunca falta y espero que no te caigas por ningun abismo, gracias por todo y perdon por tan poco.

Feliz cumpleaños, chiquilla😍.

¡Y perdón por las faltas de ortografía!

Karaichi drabbles Y One-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora