Especial

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N/A: Este especial es una breve escena -mas desarrollada- que se ubica en el capitulo 10.

Con lentitud, Yoongi cortó el contacto y, con apenas un centímetro de distancia, un suspiro escapó de sus labios. Trataba inútilmente de calmar los desenfrenados latidos de su corazón. Con los pulgares empezó unas caricias de forma circular en sus mejillas. Sonrió al ver al menor aún con los ojos cerrados. Era tan hermoso y tierno. Y lo mejor de todo, había dicho que correspondía sus sentimientos. No cabía en sí de alegría.

Sintiendo las delicadas caricias, Jimin abrió los ojos con parsimonia. El corazón le latía con fuerza y el rubor en sus mejillas no parecía que fuera a desaparecer pronto.

—Hyung...

—¿Si, Jimin?— Mostraba sus encías en una sonrisa deslumbrante.

—A partir de hoy...— Nervioso por lo que preguntaría, alternaba la mirada entre los ojos negros frente a él y los azulejos del suelo —desde hoy, no me volverá a ignorar, ¿verdad Hyung?

El mayor sonrió con dulzura. —No, Jiminnie.

—No hará como si nada de esto hubiera pasado, ¿cierto?

—No lo haré— Afirmó sin dudar.

Los ojos marrones del menor se iluminaron —A partir de mañana, ¿me dejará entrar aquí sin problemas?

Yoongi rió —Sí, Jimin, sin peros.

—¿Puedo traer comida cuando se olvide de ir a comer?

Rió con ganas —Sí, Jiminnie.

La sonrisa en el rostro del rubio se hizo grande, como un niño al que dan los mejores regalos en navidad. —Y Yoongi hyung, ya somos novios, ¿cierto?

—Sí, Jim... Espera, ¿q-qué?

El menor comenzó a reír por la reacción de Yoongi porque no se veía enojado si no, estupefacto y con un sonrojo pronunciándose cada vez más.

Cubriendo las carcajadas con la mano derecha, el rubio disfrutó del puchero del mayor, ése que hacía cuando lograban descolocarlo y que todos consideraban tierno menos el dueño del mismo— Lo lamento, hyung. Sólo quería aprovechar que a todo me decía "Sí".

—Enano bobo— Le llamó sin intención de insultarlo realmente. —¿Ya acabaste?— Preguntó como para desviar la atención.

Jimin buscó con la mirada las envolturas y constató que ya había terminado las galletas —Sí, hyung. Pero tengo hambre— Confesó con un puchero.

—Eso es obvio.— Se levantó y se estiró para destensar sus músculos —Coge tus cosas— Le ordenó pasando por su lado, acercándose a su escritorio.

Jimin lo vió extrañado —¿Nos vamos?

—Sí. Iremos a almorzar— Mientras contestaba se ocupaba en apagar todos los aparatos que habían estado usando luego de haber guardado las grabaciones en una carpeta casi escondida.

—¿A almorzar?— Cuestionó con los ojos muy abiertos.

Yoongi lo volteó a ver enarcando una ceja en un gesto ofendido —No habrás pensado que ése— señaló las envolturas que Jimin había dejado cerca al escritorio —era nuestro almuerzo.

—No... bueno, sí...— El mayor rodó los ojos al oírlo —Pero dijo que iríamos al departamento...— Lo acusó.

—¿Y morir de hambre?— Fue su pregunta retórica —Ay, Jiminnie tonto— suspiró con resignación.

Importante - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora