一 DON'T CALL ME PRINCESS! 。( en corrección )

twelve !

Lisa:
No tardé en terminar el agua y rápidamente me dirigí hacia la habitación. Por suerte estaba a tiempo y llené el check-in.

Pero la puerta estaba cerrada y tuve que buscar mi llave para abrirla. Las chicas no habían visto mi mensaje.

Con cuidado, y despacio, giré la manija para entrar sin hacer ruido. Cerré desde adentro, y colgué mi abrigo en el perchero.

Y derrepente... Un exquisito olor a chocolate. ¿Ahora qué locura están haciendo?

La sala estaba vacía, lo que indicaba que estaban en el cuarto quién sabe haciendo qué.

La puerta estaba junta, así que la empujé, y me topé con una escena digna de fotografiar: Rosé, JiSoo y Jennie con mascarillas negras, formando un círculo con velas aromáticas en el medio como si de un ritual se tratase.

—¿Qué están haciendo? —pregunté sin más, intentando aguantar la risa.

—Oh, miren quién llegó... —respondió Jennie, quitándose del rostro la mascarilla, y el resto hizo lo mismo para poder prestarme atención.

—¡Lisa! ¿Qué tal la clase? Te dejamos un poco de ramen en la olla —añadió JiSoo. Agradecí y volví a hacia la cocina para tomar un plato y servirme. No tardé.

Regresé junto a las chicas y también me senté en suelo. Había mucho por contar.

—No debí ir a la clase... —expresé al aire.

—No me digas que era un tonto deportista —dijo Rosé.

Negué.

—O un músico que sólo estaba interesado en tocar su instrumento —añadió JiSoo—. Esos son de los peores, iugh.

Volví a negar con una leve carcajada.

« Digamos que era una detestable combinación de los dos ».

—Habla ya, Lisa —sentenció Jennie, a lo que asentí. Dejé el plato de los fideos a un lado.

—Era JungKook.

« Qué horrible admitirlo... »

—No puede ser... ¿De todos los peores casos posibles, tuvo que ser él? —se cuestionó Rosé. Reí y asentí.

—Hoy me quedó más que claro lo patán que es ese tipo —afirmé.

Jisoo me miró preocupada. —No te hizo nada, ¿verdad? ¡Cuéntanos todo!

—Oh... Bueno, digamos que no. Todo empezó bien, llegué unos minutos antes, así que le dije a su compañero que iría a comprar algo a las máquinas expendedoras.

—Adivino, ¿papas? —preguntó Jennie. Sonreí, pues poco a poco conocían de mis gustos—. Obviamente.

—Y bien, me llevé una gran sorpresa. No había mucha luz, pero no sé cómo, a lo lejos vi a JungKook y Nayeon besándose. Iugh... Me da náuseas de tan sólo recordarlo —hice una mueca.

—Osea, vas temprano, sales por un bocado y ves a tu estudiante besuqueándose durante el tiempo de clase... Já, qué tonto —dijo Rosé.

—Oh, pero para ese momento todavía no tenía idea que él sería mi estudiante. Compré mis papas y volví rápidamente a las habitaciones porque pensé que él podría haber llegado, y me doy con la gran sorpresa.

Todas rieron levemente al unísono. —Increíble, no me imagino tu expresión en ese momento. Debió haber sido como: "¡No lo puedo creer! ¿El universo me odia? —dijo Rosé imitándome.