一 DON'T CALL ME PRINCESS! 。( en corrección )

one !

Lisa:
Hoy es un día más de trabajo. Despierto cuando mi celular emite ese molesto sonido llamado alarma y me alisto rápidamente para preparar el desayuno de SooJin y salgo en camino a la cafetería Kid-Teung de la que mi tío Hyung-Jin es dueño.

Y sí, como se puede notar, mis parientes son coreanos. Puede decirse que vinieron de allí en busca de una vida menos costosa como la es en Corea, pues en Tailandia las cosas son más accesibles.

Posteriormente, abro el establecimiento y comienzo a limpiar todo. Aunque no siempre estoy sola ya que Kunpimook, o también Bam, como suelo decirle a mi mejor amigo, viene a ayudarme.

Platicamos acerca de cualquier tema del momento y así el tiempo pasa rápido.

Después de media hora, el lugar queda reluciente y listo para poder ser visto por el público.

Mi puesto es de mesera, algunas veces gerenta, Y mayormente recibo halagos por parte de los clientes como « ¡Eres muy linda y joven! » entre otras cosas.

Pero la realidad es otra, pues mientras trabajo, otros adolescentes están estudiando, preparándose para alguna beca o en medio de un examen. Mi ejemplo más cercano es Bam, un chico muy inteligente. Felizmente sigue estudiando y es de los mejores en la escuela.

En mi caso, dejé las clases este año para ayudar en el negocio, ya que mi tío es mayor y no puede hacer mucho esfuerzo físico.

De ahí viene mi prima, una niña de 10 años, muy activa y extrovertida. Ella sí estudia, y aunque no hay dinero suficiente, hacemos un esfuerzo. Lamentablemente, casi nunca presta atención a clases ya que tiene problemas de leve retraso mental. Aún así, para mí es una niña muy sana.

Volviendo al trabajo... Cuando acabo con mi turno, reviso la caja, luego limpio el lugar. Finalmente lo cierro y voy a casa.

Al llegar siempre me encuentro a mi prima viendo la televisión, muy atenta.

—¿Otra vez viendo el programa ese? —pregunto yo de manera divertida al dejar mi bolso en la mesa de centro.

—¡Sí! Y hoy será el sorteo para ver qué chica o chico fue seleccionado para ser el nuevo estudiante —responde ella emocionada.

—Oh bueno, me daré una ducha, estoy muy sudada...

—¡Espera! Liz, no te vayas, quiero que veas el programa conmigoooo —hizo un puchero desde los muebles.

Suspiré pesadamente. —Pero debo ducharme, prometo que al terminar veré contigo el programa.

—¡Por favor! —¡Ay! Su rostro de gatito me convenció, así que acepté.

Me senté a su lado, dejando caer todo mi peso en los sillones. Al menos descansaría las piernas unos minutos.

—¡Y hoy es un día muy especial! ¡Después de 5 largos años volveremos a hacer el tan esperado sorteo para poder escoger entre tantos jovencitos a uno para ganar la beca de estudios y ser admitido en la mejor escuela de Corea! —decía el presentador en la TV.

—¡Liz, prima, yo te inscribí!

—¿En serio? Wow, espero ganar —dije sin muchas ganas y me puse de pie, en dirección a la cocina para traer algo de bocadillos mientras SooJin tenía los ojos fijos en la televisión.
—¿Deseas algo? —pregunté—. No gracias, ¡ya casi es hora que la anuncien!

—¿Segura? —volví a cuestionar.

—¡Sí!

Tomé algunas papas para mí, y mientras las servía recibí una llamada de mi tío.

—¿Hola, Lalisa? —Preguntó él.

—Oh hola tío, ya estoy en casa con Soo.

—Está bien, no tardo en llegar. Recuerda que tiene tarea por hacer.

—Sí, no te preocupes. ¡Adiós!

—Adiós mi niña, cuídate y cuida de la pequeña traviesa. —corté el la llamada y me senté junto a mi prima con una ligera sonrisa.

—¿Ya comienza? ¡Debo ir a la duchaaa!

—Sí, sí, ya empieza. Shh, ¡lo van a decir!

—Y la ganadora... o ganador es... —dijo el presentador al tomar el papel que una jovencita bien maquillada llamada Nayeon (según estaba escrito en la pantalla), sostenía en sus manos con un rostro no muy sonriente.

—¡Que sea mi prima, por favor! —Sooncruzaba sus dedos.

—Es... ¡Lalisa Manoban de Tailandia! —anunció el señor con aparente emoción en sus palabras.

¡¿Qué había pasado?!

—¡Síííí! —exclamó también SooJin, quien inmediatamente se levantó a saltar en signo de celebración.

Yo no comprendía del todo.

—Espera, ¡¿QUÉ?! ¡¿Me inscribiste?! ¡¿Y sin mi permiso?! —le grité con notoria sorpresa.

—Eh... ¿Sií? Como unas diez veces... ¿por día? ¿e-está mal? —respondió hilando con tono triste.

—No Soo, pero... —la puerta se abrió, interrumpiéndome. Era mi tío.

—Con que ganadora ¿eh? —preguntó él acercándose.

Bufé rodando los ojos. —No soy ninguna ganadora, eso es una estupidez.

—Lalisa, deberías ir —volvió a decir. ¿En verdad esto es real?

—¡Lalisa de Tailandia! ¡Te llegará una carta de invitación! ¡Has sido ganadora! —y la TV seguía pronunciándose. ¡Alguien apáguela!

—No puedo ir, esto no puede ser real. ¿En que problemas me metiste pequeña?

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¡primer capítulo!
espero sea de su agrado.