一 DON'T CALL ME PRINCESS! 。( en corrección )

twenty !

—¿Bam Bam?—pregunté inconscientemente, sin hacer mucho caso a la multitud que tenía en frente. O estaba viviendo un sueño o una pesadilla en la que se me torturaba poniéndome la imagen de mi mejor amigo.

Me recompuse después de la evidente sorpresa y acomodé mi cabello. Aún no había hecho contacto visual con él, pero era lo próximo a realizar. —¡Jennie, Jennie! —llamé a mi amiga, quien estaba casi en trance tras visualizar el espectáculo masculino.

—¡Qué sucede, dime rápido! —respondió ella sin quitar los ojos de los chicos.

—¿Conoces a alguno de ellos? Peñíscame, porque creo que yo sí... —balbucee lo último. Y acto seguido, mi amiga hizo lo que le pedí. Claramente no era un sueño.

—Ya quisiera conocer el nombre de todos, pero en especial del segundo y el último. Ellos definitivamente son mi tipo ideal... ¡Hay que acercarnos! —sentenció y me jaló del brazo cual fanática loca, adentrándonos en la no tan grande multitud de señoritas para tener una vista más privilegiada de su ingreso.

« Del doppelgänger de Bam, claro que sí. »

—No creo que sea una buena ide-... —pero me fue implacable terminar la oración pues fui arrastrada por Jennie. Sí, quería ver más de cerca al chico y hacer contacto visual con él, pero de algún modo algo me decía que era mi mente traicionándome.

Y como era de esperarse, al haber tanto alboroto, dos consejeros estudiantiles aparecieron para poner orden, pidiendo a las jóvenes (incluyéndome) abandonar el pasillo central.

« Por fin... »

Jennie parecía volver a sí misma, empezando a renegar como de costumbre. —¡Qué mala suerte! No pude acercarme tanto como quería —bufó, acomodando su mochila—. Y tú, amiga, ¿encontraste alguno que te interese?

—Sí —respondí algo confudida—. Pero no de ese modo, sino que me parece extremadamente conocido, aunque no estoy completamente segura de si es esa persona.

—Bueno, lo averiguarás más tarde, recuerda el evento que realizarán.

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Y así fue.

En el transcurso del día, y por no decir, cada treinta minutos, a través de los megáfonos y los mismos docentes, comunicaban que todos los estudiantes debíamos asistir a la ceremonia de ingreso de los nuevos estudiantes becados, para después pasar a gozar de una cena. Por supuesto, debíamos usar el uniforme de gala. Un pequeño sacrificio por otro.

Pero yo estaba emocionada, demasiado, diría, pues es más que obvio que dirían los nombres de los estudiantes y finalmente me saldría de las dudas sobre la identidad del chico #9.

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Al fin habían culminado las clases cuando mi reloj de mano indicaba las cinco de la tarde, esto sumadas las tutorías que aún llevaba.

Prácticamente volé al dormitorio para alistarme, y al parecer todas las chicas del edificio estaban igual o peor de emocionadas pues el alboroto era evidente.

—¿Y eso? ¿Vieron cómo está el dormitorio? —pregunté a mis compañeras luego de ingresar a la habitación, mientras dejaba mi mochila en el suelo.

Jisoo suspiró, —Sí, todas están locas por los nuevos. Yo pienso, ¿siquiera serán guapos?

—¡Claro que sí! Se nota que no los viste cuando llegaron, ¿no, Lili? —me mencionó Jennie y yo reí.

—No negaré que con mi vista miope pude ver que eran bien parecidos... Sin embargo, quiero observar bien sus rostros con mis anteojos —respondí en tono tranquilo, haciendo alusión al doppelgänger de Bam.

« Lo veré muy bien ».

Y aunque parezca raro que no supiera si es él, si fácilmente podría enviarle un mensaje, la verdad es que no se conecta hace más de dos semanas. Los mensajes no le llegan.

—Bueno, iré a alistarme. No se demoren mucho, chicas, tenemos que llegar temprano y sentarnos adelante —culminé diciendo para ingresar al baño y tomar una ducha reparadora.

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Por suerte mi uniforme estaba planchado, y no tardé en vestirme. Ya estaba lista para descubrir la verdad, yo y mis compañeras de cuarto. Sí, aún no les había contado la situación, pero estaba por hacerlo.

Nuevamente los megáfonos se hicieron presentes, haciéndonos saber que faltaba poco menos de treinta minutos para el inicio de la ceremonia y pedían a los estudiantes ir acercándose al lugar.

—Amigas, hay que ir. Debo estar lo más adelante posible... —comenté en tono firme.

Rosé me miró extrañada y preguntó: —¿Sucede algo, Lisa?

Suspiré, y asentí. —Sí, pasa algo. Bueno, ¿recuerdan a mi amigo de Tailandia? —pregunté sin mucho cuidado. Todas asintieron.

—Pues parece que entre los chicos nuevos hay uno que es muy parecido a él. No he podido verlo de cerca, pero les juro que es muy similar... No lo sé. Necesito saber su nombre... Y tengo el corazón en la boca, chicas... —añadí.

Evidentemente se sorprendieron. —A ver, a ver... ¿Por qué crees que podría ser él en primer lugar? —cuestionó Jisoo.

—Pues es un chico bastante aplicado, era de los mejores en la escuela, y no se conecta al WeChat hace más de dos semanas. Si le sucedió algo, solo espero que haya sido el venir aquí —y apoyé mi cabeza en la pared.

—Ánimos amiga, esperemos que lo sea. Tienes tres oportunidades, tres tailandeses han venido. Y si no, puede que el próximo año lo haga.

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Sí, tuvimos éxito pues encontramos sitio en la segunda fila. Casi al centro.
No pasaron mas de cinco minutos para que el teatro se llenara. Por suerte llegamos a tiempo.

La directora de la escuela dio inicio a la ceremonia con un discurso bastante bueno. No negaré que entre ella y yo no existe la mejor relación, pero si algo puedo destacar es que es muy convincente con sus palabras. Ya quisiera ser yo así.

Acto seguido, anunció el ingreso de los nuevos estudiantes, empezando a llamarlos uno a uno y entregándoles un ramo de flores como es característico de la escuela.

En primer lugar los chinos... «Dong Si Cheng, Wong Yuk Hei, Wen Junhui».
En segundo, los japoneses... «Adachi Yuto, Terazono Keita, Watanabe Haruto» Y por último, los tailandeses... Como es costumbre, nombres extremadamente largos. «Chittaphon Leechaiyapornkul, Papungkorn Lertkiatdamrong, y por último, Kunpimook Bhuwakul».

Escuché bien, estoy segura.

—Lo sabía, era él.

Me levanté de mi asiento a aplaudir junto a todos los demás estudiantes, y esta sensación era increíble... Una mezcla de emoción, alegría y expectativa. ¡Volvería a ver a mi mejor amigo después de un tiempo!

Mi emoción se desbordaba a través de mi sonrisa, pues en lo que continuó la ceremonia no dejaba de verlo intentando generar algún tipo de contacto visual, pero no tuve éxito.

Y durante la cena tampoco pude hacer mucho, pues nos separaron por grupos, y él, al ser de los nuevos fue sentado junto a los demás chicos.

Pero bueno, sé que mañana tendré mayor éxito.