一 DON'T CALL ME PRINCESS! 。( en corrección )

three !

Lisa:
—¿Acá vive la joven Lalisa Manoban? —preguntó una ronca voz desde la puerta.

—¿Sí? E-ella habla —respondí dudosa.

—Venimos de la escuela Gwijog de Corea, debemos irnos —continuó diciendo, sorprendiéndome de golpe.

—¿Ir a dónde?

—Usted fue la ganadora de un concurs-... —Sí, lo sé. —interrumpí.

—Aún no estoy lista para irme.

—En todo caso le dejaremos lo que debe llevar al momento de salir de Tailandia, es todo. —terminó de decir el hombre, yéndose sin antes dejar una caja en la puerta.

Al ya no oír ruido, la abrí para ver de qué se trataba. —¿Qué es esto? —me dije a mí misma al recogerla del suelo.

Al parecer eran permisos de permanencia en el país, un ¡¿pasaporte?! ¡Cómo sacaron un pasaporte mío sin consultarme!

—¡¡Tío!! —grité lo más fuerte que pude y él vino inmediatamente junto a mi prima.

—¡¿Qué es esto?! ¿Un pasaporte, eh? —dije muy molesta.

—Sacamos un pasaporte tuyo, s-sí... Y lo entregamos a la escuela junto a tus documentos.

—¡¿Cómo hicieron eso sin consultarme?! ¡Saben que todavía no he decidido si ir o no! —bufé, dejando todo en el suelo.

—Hija, tú sabes que debes ir, por favor hazlo...

Suspiré pesadamente. —Ustedes no me entienden, no entienden cómo me siento.

—Lisa, sé que no podemos obligarte, pero te pedimos que vayas porque tienes que empezar a estudiar. No puedes vivir siempre trabajando y escondiéndote. Eres muy joven y debes aprovecharlo... Esta oportunidad podría abrirme muchas puertas.

Lo volví a pensar, ¿en verdad lo haría? ¿por mi familia? ¿por querer darles una mejor vida más adelante? Sin duda sí.

Los miré a los ojos, colocando una sonrisa sincera en mis labios.

Y Acepté.

—Iré.

♡  ֗⠀ ུ

Juro que esta noche no dormí. Sólo pensaba en cómo sería mi vida sin mi familia y sin Kunpimook. ¿Acaso podría conocer a alguien que me haga sentir segura? Sólo Bam me entiende, él es el mejor amigo que jamás pude pedir. Pero de acá en adelante sólo seré yo contra el mundo.

Hice mis maletas con la poca ropa que tenía. De hecho estaba bastante avergonzada de ir a un lugar lleno de niños mimados que creen que el mundo gira alrededor de ellos. (Investigué lo suficiente como para saber que la mayoría de hijos de importantes personas estudian allí).

Aún siendo las 4 de la mañana, y faltando cada vez menos, salí a buscar a Bam. Había quedado con él para vernos en el parque a la vuelta de mi casa.

Le contaría la decisión que tomé.

Y no pude evitar llorar al verlo, sería la última vez juntos, lo extrañaría demasiado. Por su parte me abrazó tan cálidamente que jamás olvidaré esta acción.

—Te amo, mejor amigo. —le dije por último para ir de vuelta a casa.

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Demonios, mi alarma sonó a las nueve de la mañana y el avión salía a las diez... El no descansar adecuadamente trajo sus consecuencias.

Y yo me tomaba muy a pecho esta decisión.

Como pude fui a tomar una ducha rápida y me vestí con lo que encontré. Salí casi volando de casa, con dos maletas y papeles en la mano.

—¡Señor! ¿Podría llevarme al aeropuerto de Bangkok? —pregunté muy preocupada al primer taxi que vi. ¡Qué desastre!

—Claro, suba —me respondió el conductor y lo hice.

Fueron 15 minutos que pasaron lentamente... Sentía que la ansiedad de querer llegar antes de perder el vuelo, me consumía.

Al finalmente estar en el aeropuerto, corrí como gacela. No me quedaba de otra.

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Por suerte alcanzé el avión luego de discutir con algunas personas... Y por suerte, no sería ni un viaje muy largo, ni muy corto.