一 DON'T CALL ME PRINCESS! 。( en corrección )

six !

—¡Espera, chica rubia! —volvió a gritar cuando pensé que
lo había perdido de vista.

Lo ignoré completamente, y rápidamente di una vuelta en U para volver donde mis pertenencias. Obviamente no sabía dónde estaban los baños.

Pero por suerte el tipo ya no estaba.

Y sabiendo que Rosé era la única persona que conocía y podría guiarme a los dormitorios, me senté en el suelo a esperarla. Minutos y minutos... ¿Tanto tardaría su llamada?

Después de esperar un buen rato, empecé a sentirme cansada; la cabeza me dolía y el cuerpo me pesaba. Y entretanto, me quedé dormida.

♡  ֗⠀ ུ

Sí, el sueño fue instantáneo. No recuerdo más después de sentarme junto a mis pertenencias, a un lado del pasillo. ¿Error? Claramente.

Pero ahora había otra cuestión: había despertado en un dormitorio.

Al abrir mis ojos, me extrañé del ambiente. El techo se veía... Sofisticado.

Intenté levantarme rápidamente, pero al segundo mi cuello dolió. —¡Ouch! —me sobé él intentando recobrarme.

Y definitivamente este lugar era de otro mundo.

—¿Dónde estoy? —me pregunté agarrando ligeramente mi cabello.

Intentaba hallar respuestas, cuando escuché un sonido. Vi directo al origen del ruido... Un reloj de pared que indicaba más de las 9 p.m.

Dios, ¿Acaso dormí tanto?

Volví a sobar mi cuello un poco adolorido y otro sonido me asustó.
Era una llamada de un número desconocido a mi celular, que aún así, contesté.

—¿Hola? —saludé con voz ronca.

—¡Lisa! —gritó la otra persona al extremo de la línea, su voz se me hizo conocida—. Soy Rosé, y ahorita no estoy en los dormitorios, salí con las compañeras de cuarto a hacer unas compras, quería comunicártelo. Llegaremos en unos minutos. ¡Oh! Tengo que contarte algo luego. ¡Debo irme! —comunicó rápidamente y cortó la llamada. No sé cómo obtuvo mi número telefónico, qué extraño.

Tampoco tuve tiempo para responder... Y sigo sin entender cómo es que llegué al dormitorio.

Dejé mi teléfono a un lado y me levanté de la cama para observar el panorama. Me percaté de la existencia de tres lindas camas además de en la que yo estaba, junto a un balcón y una pequeña habitación que era un baño.

También clósets que al momento de abrir, estaban llenos de tacones, vestidos e infinidad de perfumes, maquillaje y mascarillas de todo tipo.

¿Acaso eran princesas? Qué sorprendente... Y un poco exagerado.

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Exploré un tiempo más a la vez que me di cuenta que mis pertenencias estaban al lado de la pared, listas para acomodar mi espacio... Y digo esto pues al ver la puerta del dormitorio, decía el número que anteriormente se me designó. Poco a poco logro entender esto... Creo.