Capítulo XIV

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Una mañana, Anna observaba a Katherine quién estaba junto a su esposo,  sintió pena por su amiga y suspiró. Alexander quién estaba detrás también miraba la escena.

—Ojala se le cumpla el deseo que tanto anhela.

—¿Cual deseo? Preguntó Alexander.

—El de ser madre por supuesto— frunciendo el ceño en señal de desconcierto—Donde traes la cabeza últimamente andas muy distraído.

—Lo siento—tocándose la frente — estoy muy ocupado,  es por eso, ahora si me disculpas—tratando de apartarse para que no preguntara más cosas.

—De que hablas, vamos hacia ellos— y salieron rumbo al jardín, Ana los observaba desde un ventanal.

Una vez en el jardín, Katherine tomaba al niño en brazos, Ana veía con agrado está situación y no le incomodaba que pasará tiempo con su tía.

—Es un bebé precioso,no lo crees?

—En efecto, Ana y muy tranquilo.

—Pienso, que será el reflejo de su padre—mirando en dirección a Alexander. Sin embargo, se hizo un silencio incomodo y Paul se aventuró a decir.

—Ale.... John te apetece ir a montar y luego una carrera hasta la colina?— con una sonrisa nerviosa.

Alexander abrió los ojos como platos y le cayó una gota fría por la frente, el error que cometió su amigo les pudo costar caro y que la mentira se descubriera.

—Vamos— fueron en busca de sus caballos, dejando solas a las damas.

Ana se percató del error, y se quedó pensativa varios minutos, giró la cabeza hacia Katherine.

—Es mi impresión o Paul llamó por otro nombre a John.

—Ideas tuyas— e hizo una falsa sonrisa, para tratar de desviar el tema. Katherine tuvo que preguntar algo que podía ser demasiado imprudente.

—Cuéntame cómo van las cosas entre tú y John— con cierto nerviosismo.

—Para ser sincera, desde el accidente he notado que ha cambiado y eso me preocupa, cuando pretendo besarlo me esquiva o se aleja... No se que hacer—tomando aire

—Deberías tomar la iniciativa— guiñándole el ojo, sabía que era el peor consejo, pero no pudo contenerse.

—Tu crees?— Sonrojándose.

—Claro es cuestión de decisión— y la tomó de la mano.

Las horas pasaron y no hubo ningún otro incidente, pero Ana no estaba conforme,  sabía que había escuchado otro nombre; pero dejó pasar la situación, ahora lo que le interesaba era poner en práctica la conversación que tuvo con Katherine por la mañana. Cuando llegó la hora de despedirse de la cena; Alexander se retiró primero, mientras que Ana no estaba segura como llevaría a cabo su plan, por lo pronto iría a cambiarse y ponerse una camisola de seda que dejaba ver sus atributos, encima se puso una bata y salió de la recámara aprovechando que el pequeño Alexander dormía profundamente.

Cuando entro a la recámara, Alexander se hallaba recostado, Ana fue acostarse al lado suyo, le rozó los labios y le dió un beso en la frente haciendo que éste despierte, la miró y enseguida dijo.

—Que haces aquí.

—Visitándote—con una sonrisa pícara.

—No deberías estar aquí— con cierto nerviosismo.

—¿Porque no? —frunciendo el ceño.

—¿Porque aún es muy pronto y temo hacerte daño—del nerviosismo paso a la agitación.

—De que hablas, han pasado dos meses, estoy totalmente recuperada. Además que tú me enseñaste  a ser apasionada—con un tono seductor.

—Insisto deberíamos esperar— pero antes de que continuara, Ana lo besó haciendo que Alexander responda, por lo que sus lenguas danzaron a un ritmo sin igual; trato de apartarla pero su deseo era más grande que su voluntad, la despojó de su camisola y la contempló hasta que ambos se entregaron a la pasión e hicieron el amor toda la noche, olvidando cualquier arrepentimiento.

Al día siguiente, Alexander despertó y no encontró a Ana junto a él, seguramente se fue por la madrugada a ver cómo estaba el pequeño Alexander. Todavía no era capaz de procesar la situación se agarró fuertemente la cabeza —¿Que había hecho?— se preguntaba con una voz interna de reproche, la había hecho su mujer y lejos de arrepentirse la deseaba más, quería tenerla en su lecho todas las noches. Se levantó inmediatamente, para luego darse un baño y bajar  al comedor; cuando lo hizo, Ana estaba allí toda radiante  y le brindó una sonrisa. Sí hace instantes no estaba  arrepentido ahora tenía serias dudas al respecto.

Se sentó en la mesa y desayuno de forma apresurada antes de que Ana pudiera decir algo, éste dijo.

—Tengo asuntos que atender, por favor dile a Cavendish que vaya al despacho y salió de allí.

Ana estaba desconcertada,  sin embargo, siguió con su desayuno y al ver a  Katherine y Paul rápidamente dijo.

—Paul, John te espera en el despacho— para sorpresa de éste mientras que Katherine se sentaba a conversar .

Paul, fue hasta el despacho y vio a su amigo desplomado en el sillón,  cerró la puerta y rápidamente esbozó unas palabras.

—Que es lo que te pasa, pareciera que hubieras visto un fantasma.

—Algo parecido—aclarándose la voz.

—Me estás asustando—con tono preocupado.

Alexander se puso de pie y se apoyó cerca de la ventana y comenzó a contar lo acaecido la noche anterior.

A Paul se le desencajó la mandíbula—Es un pecado mortal— con tono de burla.

Alexander lo fulminó con la mirada, hasta que Paul replicó—Lo siento, se que no debo burlarme, pero no puedo culparte ni a ti ni a ella, sabíamos las consecuencias de esto—haciendo una pausa—No puedes dejar que los fantasmas del pasado te atormenten, a fin de cuentas solo tú sabes cuándo es necesario hablar con la verdad.

—Ya no estoy tan seguro de querer contarle todo, está enamorada de alguien que ya no está entre nosotros, y sé que soy egoísta porque yo quiero seguir fingiendo ser John, quiero seguir siendo un impostor. Se que me escucho patético y que jamás he sido un hombre romántico, pero la amo.

—Era obvio amigo, me di cuenta hace mucho de tus sentimientos, yo también contribuí a esta farsa y no se en que momento empezaste a caerme bien—tomando aire.

—Mi consejo es que se vayan a América y no vuelvan, así nadie sabrá de esto, porque si Ana decide regresar a Bath o ir a Londres el engaño se acaba.

La puerta sonó y luego se abrió era Ana quién estaba detrás,  algo pálida.

Desesperanza - 1ra Parte de la Saga Sentimientos [PRÓXIMAMENTE RETIRADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora