El Doctor Smith, bajó las escaleras y se condujo hacia el salón de té, donde Ana esperaba pacientemente por él, una vez allí le informó sobre la situación de su esposo.
—Su excelencia, el Duque, no tiene nada grave, es un simple agotamiento por el viaje... Unos días en cama y alimentarse muy bien, contribuirán su mejoría— se limpió la garganta y prosiguió —Sí hubiera algún inconveniente, no dude en avisarme. Ahora sí me permite, tengo otros compromisos que atender.
Ana, agradeció las atenciones, llamó a Nicolás —su lacayo— para que lo escoltara a la salida.
Cuando se disponía a subir, algo llamó su atención, por lo que se aproximó a la ventana, para apreciar las pequeñas gotas que empezaban a caer, propias de la temporada. Cuando giró vio a John de pie entrando en aquella sala, traía un semblante pálido, y obvió cualquier recomendación médica.
— ¡Por Dios! ¡Qué insensato eres!... no hace ni media hora que el Doctor se marchó y tú de pie, por favor vuelve a la cama.
—Ani, no quiero que estés sola, sin compañía, prometí que tus días serían llenos de felicidad... Y por mi culpa estás angustiada— bajando la cabeza.
— John— pronunció con dulzura y tocando su mejilla.
— Pareces un niño pequeño, vuelve a la cama, aún estás convaleciente y desobedecer no ayudará a tú pronta mejoría así que, volvamos a la recámara, me recostare a tu lado de ser preciso para que no pienses que me dejas sola.— musitó
Ambos, subían cuando, Mary -la ama de llaves- preguntó por las comidas principales, a lo que Ana respondió.
—Por favor, suban las comidas, almorzaremos y cenaremos en la habitación— aquella idea no le disgustaba para nada a John, es más le encantaba que Ana se quedará con él para velar su sueño. El día transcurría de forma tranquila, sin altibajos.. sólo estaban los dos, compartiendo sus deseos y secretos más profundos.
—Ana, ¿te gustaría tener hijos?
— Claro que sí—, respondió sin dudar—de ser posible diez — sonriendo
—¿ diez?— La miró con unos ojos desorbitados.
Ana hecho tremenda carcajada —Fuera de broma, me gustaría tener varios hijos siempre y cuando sean contigo.
— Los tendremos, no te preocupes y correrán tanto aquí como en Hampshire...a decir verdad, tengo mucha ilusión, me encanta la idea de tener niños, unos diablillos que en más de una ocasión nos volverán locos— sonrió.
Sin embargo, John, sufría por esa afirmación, era más fácil mentirse que aceptar la verdad de la situación, medito y respiró profundamente, debía de ejecutar su plan cuanto antes.
Las semanas pasaron, John mejoró notablemente de semblante, pero la angustia y el desespero se hacían presentes en su rostro, para pesar de Ana, desde el alba hasta el ocaso éste se encerraba en el despacho trabajando y poniendo en orden sus cosas, o más bien anotando una serie de instrucciones con un destinatario en concreto: su hermano.
Ana, quien había hecho migas con Mary — la ama de llaves— le comentaba como era vivir en Bath y como era su Excelencia.—John desde muy niño siempre mostró respeto hacia sus mayores, de carácter compasivo y dulce, que ya en la edad adulta se mostraron con su sensatez y honestidad. En cambio Álex, era un espíritu libre, y a más de uno saco de quicio con sus tonterías—suspiró—Con la muerte de mi Señora, el Duque se recluyó en el campo y se trasladó a Hampshire, cosa que disgustó de sobremanera a Alex, que no quiso acompañarlos y prefirió irse a Viena, por más que el Duque le pidió que fuera a verlo este se negó, y solo le trajo malestares, debido al comportamiento disoluto que mostraba, se convirtió en un alcohólico y un jugador empedernido, que en más de una ocasión tuvo que ser ayudado por John, a ocultas de su padre.
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Desesperanza - 1ra Parte de la Saga Sentimientos [PRÓXIMAMENTE RETIRADA]
Historical FictionAna, es una joven de 17 años que ha quedado huérfana, su padre dispuso que casará con el Duque de Essex. Sin embargo, el Duque oculta que está muriendo y que tiene un hermano gemelo al cual no ve hace muchísimo tiempo. No obstante, el sufrimiento p...