Capítulo 32

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-Alexia ha despertado esta mañana.

-¡¿Qué?!

No puedo creerlo.

Ethan suspira y se pasa la mano por el cuello.

-Acaba de llamarme exigiendo saber dónde estás -murmura él -Parecía muy desesperada...

-¡¿Y qué le has dicho?! -digo con el corazón en un puño.

-Que no sabía dónde estabas y que iba a ducharme -se encoge de hombros -Yo no creo en las segundas oportunidades pero... -se pasa las manos por el pelo -Mi hermana debe amarte bastante, porque cuando ha despertado esta mañana, lo primero que ha hecho es preguntar por tí.

-Alexia...-murmuro llevando mis manos a mi boca ahogando un sollozo.

-Está en su apartamento -dice Ethan y desvía su mirada -Y tú debes tomar ese taxi e ir con ella.

Me volteo y veo al taxi esperando.

-Gracias Ethan -susurro.

-Solo quiero que seas feliz -se encoge de hombros.

Lo abrazo una última vez y voy corriendo hacia el taxi.

-Por favor, lléveme a mi apartamento -digo cerrando la puerta y abrochándome el cinturón.

Miro por la ventanilla esperando que ponga rumbo.

-Y...¿piensa decirme dónde está?

Ah, cierto.

Se lo digo y muerdo mi labio inferior con fuerza reteniendo la emoción que siento por verla.

Voy a ver a Alexia después de una semana estando dormida. Después de haberme confesado su infidelidad. Después de haberme apartado de ella por miedo.

No sé cómo debería sentirme... Son tantas cosas de golpe...

Pero tengo una cosa muy clara en este momento.

Al cabo de unos minutos, bajo del taxi a toda prisa y me adentro en el ascensor.

Espero impaciente mientras los nervios se apoderan de mí conforme subo de planta, hasta que por fin, se abren las puertas.

Mi mirada se clava en la puerta de Alexia, conforme avanzo el dolor se disipa dentro de mí, y me siento atraída como un imán hacia ella.

Saco las llaves que aún conservo de su apartamento y abro tomando una bocanada de aire.

Cierro la puerta y veo a Bola rompiendo un cojín.

Entonces escucho el sonido del agua cayendo. Alexia está en la ducha.

La gata viene hacia mí y se restriega contra mi pierna como si me hubiese echado de menos e intentara transmitírmelo.

-Ya estoy aquí, Bola -susurro acariciándola y sonriéndole.

Me elevo y camino hacia el baño, abro la puerta lentamente y entonces la veo.

CASANDRA © [POR EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora