CASANDRA © [POR EDITAR]

Capítulo 37

Fingir siempre se me ha dado bien, muchas veces he fingido estar bien cuando en realidad estaba mal. De pequeña recuerdo haberlo hecho constantemente porque siempre me he sentido sola y siempre he pensado que lo que me pase, lo debo resolver yo, no los demás.

Pero a veces fingir es muy difícil.

Cuando se trata de fingir con la persona que más amas en este mundo, es tan jodidamente difícil...

Alexia me está mirando con los ojos abiertos, aún sin creerse lo que está pasando, sus ojos viajan de mi padre a mí repetidas veces. Hasta que finalmente los deja en mí, y sus ojos se humedecen, se cargan de odio, de tristeza, de agonía, y de dolor.

Y me mata la mirada que me está dando. Me está matando.

-Ahora podrás robarle todo el dinero que te dé la gana, y si quieres, cuando termine de hacer lo mío, nos vamos a Asia juntos. Hay muchos lugares que te encantarían, hija.

Abro la boca para responder, pero Alexia tira de las cadenas con fuerza, las lágrimas discurren por sus mejillas y la ira está apoderándose de ella.

Mi padre sonríe al verla y yo aguanto el inmenso dolor que me está matando.

-Creo que ya le has roto el corazón -reflexiona mi padre dirigiendo su mirada hacia la mía -No te preocupes, yo me encargaré de ella.

¿Qué?

-¿Qué piensas hacer con ella exactamente?

Alexia sigue mirándome con odio y un profundo dolor, mientras que mi padre no deja de sonreír, -Si todo sale bien, morirá sin sufrimiento, pero si no, me temo que morirá de la peor manera.

Me quedo helada en el sitio, y Alexia también.

Esto no puede estar pasando, no puede ser. Mi padre me dijo que todo lo que hizo era una mentira, siempre he confiado en él, siempre he pensado que era inocente.

«¡Casi destruye a mi familia!»

«¡Tu padre nos secuestró a mi madre y a mí!»

«¡¿No te das cuenta de que él no es la víctima?! ¡Ojalá se pudra en la cárcel!»

«No dejes que tu padre influya en tí»

Todas esas veces que me han advertido, todas esas advertencias que he dado de lado, ahora, se están haciendo realidad. Mi peor pesadilla, se está haciendo realidad.

Mi padre no era inocente.

Él era culpable.

Miro a mi padre, su aspecto exterior es el de un hombre nuevo y reformado vestido elegantemente, pero su interior...es oscuro, -¿Quieres quedarte a dormir aquí? Tu habitación sigue igual que antes.

Asiento sin decir nada, porque no me salen las palabras.

Vuelvo a la primera planta de la casa, mi padre cierra la puerta del sótano y yo trago fuerte mientras intento no mirarlo por mucho tiempo.

-¿Todo bien?

Subimos unas escaleras y él se detiene frente a mi habitación, -Sí, es solo que estoy cansada -fuerzo una sonrisa y entro al dormitorio -Buenas noches.

Él me mira mientras yo espero que se vaya y pueda dejar de fingir y contener todo el dolor que me inunda.

-Buenas noches, hija.

En cuanto se va, cierro la puerta y me apoyo contra ésta dejándome caer al suelo.