Capítulo 56

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Siempre se ha dicho que la venganza se sirve bien fría. Nunca le he dado importancia ni valor a esa frase, porque no me considero una persona vengativa. Pero ahora mismo, mientras los segundos pasan y el arma sigue haciendo presión contra mi cráneo, esa frase tiene todo el sentido del mundo.

Siento cómo se acerca mi fin cuando Daniel posa su dedo en el gatillo. En esa fracción de segundos, lo único que viene a mi cabeza es Alexia.

«¡Son mis óvulos, no los tuyos!»

«Quieres que aborte, ¿verdad?»

«No te vayas, no quiero que te vayas»

«Tengo miedo»

«Yo también, pero estamos juntas. Siempre juntas Casandra»

Cierro los ojos esperando el disparo y dejando que varias lágrimas caigan por mis mejillas.

«Casandra, cásate conmigo»

«Te amo Casandra. Te amo y no me parece suficiente ni esa palabra para describir lo que me haces sentir»

Yo también te amo, Alexia.

En ese momento, el tiempo se detiene, y el timbre suena.

Daniel frunce el ceño extrañado y separa el arma de mi cabeza para dirigirse a la puerta y ver quién es a través de la rendija.

Suelto el aire que estaba reteniendo. Ese timbre acaba de salvarme la vida. Pero pone en peligro la vida que esté detrás de la puerta.

Y cuando Daniel sonríe, un mal presentimiento me invade.

-Esto se pone interesante -se acerca a mí cogiéndome del brazo y llevándome con él hacia la puerta posando el arma en mi cabeza -Mira tú misma quién es.

Tomo aire y siento que me tiembla todo el cuerpo mientras me inclino para ver.

Reconozco al instante una melena castaña, y unos ojos verdes.

¡Alexia!

-Ahora te mataré delante de sus narices, eso va a ser mucho mejor -susurra Daniel contra mi oído -Vamos abre, ¿a qué esperas?

No, no, no. Alexia no tendría que estar aquí. ¿Cuándo ha vuelto? Mierda. ¡Mierda!

Trago fuerte y abro la puerta poco a poco para intentar que Alexia vea en mis ojos lo que intento gritarle: vete de aquí.

Frunce el ceño nada más verme mirándola así. Pero Daniel se asoma a la puerta y con él, la pistola que hay contra mi cabeza.

Alexia abre los ojos en seguida y comprende mi expresión. Pero ya es tarde. Entonces desvía su mirada de la mía, a la de Daniel.

-¿Me habías echado de menos? -habla Daniel con orgullo -Ah no, olvidaba que esta zorra ya se encarga de follarte -gruñe y presiona el arma aún más contra mi cráneo.

Mi cuerpo tiembla aún más y cierro los ojos tratando de contener las lágrimas.

-¿Qué quieres Daniel? -murmura Alexia.

-Quiero que sufras lo mismo que sufrí yo -habla lleno de rencor y odio -Quiero que veas cómo pierdes al amor de tu vida, y como complemento, a nuestro hijo.

Mis ojos se abren de golpe al escuchar eso. ¿Daniel es el padre? Miro a Alexia, pero ella no parece sorprendida. Es como si ya lo supiera.

-¿Y por qué estás tan seguro de que ella es el amor de mi vida? -dice con total indiferencia.

Daniel sonríe. -No intentes hacerme creer que esto no te afecta para que no la mate.

Alexia se encoge de hombros y se adentra en el apartamento con tranquilidad. Daniel me voltea hacia ella para poder mirarla y Alexia se detiene junto al sofá.

CASANDRA © [POR EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora