Capítulo 25

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Observo mi cara una vez más en el espejo, los moratones cada vez se notan menos, y con ayuda del maquillaje puedo disimularlos perfectamente. En cuanto a mi ojo izquierdo, aún lo tengo un poco hinchado, pero al menos puedo ir sin el parche.

Los moratones de mi cuerpo han desaparecido, sobre todo los de mi espalda, y lo agradezco enormemente, no le deseo a nadie que le pase algo así.

-¿Lista? -me pregunta la castaña más sexy que he visto en toda mi vida.

Va vestida con unos tacones finos de escándalo acompañados con unos leggins de charol negros, y un jersey blanco de cuello alto. Su pelo lo ha dejado suelto formando ondulaciones, y qué decir de sus labios, se los ha pintado de un tono carne que le queda de muerte.

-Joder, Alexia -murmuro asombrada.

Ella sonríe y se acerca a mí, me rodea por la espalda y nuestras miradas chocan a través del espejo.

-¿Sabes lo feliz que me hace tenerte aquí conmigo? -susurra.

-Sí, muy feliz, pero dime a dónde vas así de arreglada, a cualquiera le da un infarto con solo verte -digo elevando una ceja.

Ella se echa a reír contra mi cuello y juro que su risa es el mejor sonido que existe en el planeta.

Deposita un beso húmedo que me hace estremecer, entonces toma mi camisa azul claro y la retira dejando mi clavícula expuesta para sus labios.

-No es culpa mía que sea tan guapa -murmura divertida -¿Acaso te pone celosa?

-No, pero me da envidia ese conjunto, yo quiero ponérmelo también -rechisto con altanería mientras ella sonríe contra mi cuello.

-Te lo dejaré, mi ropa es tuya.

Me voltea contra ella y se apodera de mis labios, yo tomo su cara entre mis manos y la beso con intensidad.

Adoro sus labios, adoro todo de ella.

-Vamos, te llevo al trabajo -me da un último beso y yo sonrío siguiéndola.

Algo tan simple como que ella me lleve en su coche, me emociona, no sé por qué, pero me hace mucha ilusión ir con ella a donde sea.

Ambas montamos en su Audi A8 blanco y me abrocho el cinturón mientras observo cómo lo arranca.

-¿Por qué sonríes tanto? -dice sin apartar la vista de la avenida para salir del parking.

Gira el volante y se incorpora al tráfico, observo lo concentrada que está mientras conduce, y me muerdo el labio inferior.

-Porque me hace gracia lo mal que conduces -miento.

Ella frunce el ceño y me mira indignada en un semáforo en rojo.

-¿Perdona?

-No, no te perdono, podría tener un accidente por tu culpa.

Ella parpadea repetidas veces y yo sonrío de lado.

-Te vas a enterar de lo que es conducir mal, Casandra Carter -gruñe y acelera el coche al ponerse el semáforo en verde.

-Oh por Dios, qué miedo -me burlo de ella.

Ella acelera aún más y me burlo de ella durante todo el trayecto hasta el hospital, cuando llegamos, me mira.

-Puede que suene tonto -se pausa mirándome a los ojos -Pero me ha encantado traerte en mi coche. Nunca lo había hecho.

Me acerco a ella y tomo su mentón con mi mano para acercar sus labios a los míos.

-Es lo que tiene que seamos novias -murmuro sonriendo y la beso.

CASANDRA © [POR EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora