Capítulo 1

44 1 0
                                    

Capítulo 1: VillaMiller

—Agghhh —grité frustrada—. ¿Por qué no se callaran?

—Siempre es así —dijo Harley encogiéndose de hombros.

—Pero ¿Por qué a las 8 de la mañana? —cuestioné suspirando y escondiendo mi cabeza bajo la almohada.

—Así son los Dursley —contestó Ethan mirando por la ventana. Miré con él por la ventana, apoyando mi cabeza sobre mis puños.

—Con que los Dursley.... —sonreí.

*tengo una idea*

—¿Por qué tienes cara de idea maligna? —preguntó Ethan asustado.

—Porque tengo una idea.... —se miraron horrorizados entre ellos—. Necesito vuestro horno —salieron corriendo delante de mí cerrándome el camino.

Fui a reclamar, pero no me dejaron.

—¿Qué vas a hacer? —interrogó Harley.

Sonreí de lado.

—Solo voy a hacer un bizcocho —se apartaron confundidos dejándome vía libre.

Desde el piso de abajo les grité.

—Y.... voy a decirle unas cuantas palabras —oí sus pasos corriendo hacia la cocina.

—¡NO! No.... puedes hacer.... eso —habló entrecortadamente Ethan.

—Tiene razón, no sabes como son, los peores mu.... —decía Harley, miró a Ethan preocupada—... m-mundanos que haya visto jamás.

Los miré desconfiada un momento, pero decidí pasarlo por alto. No era la primera vez que me ocultaban algo...

—Iré a hacer el bizcocho... —dije yéndome lentamente.

Estaba haciendo la masa para echarla en el horno, cuando Ethan se acercó y se sentó en el taburete de la isla de la cocina.

—Malia —habló Ethan—, perdónanos —pidió metiendo el dedo dentro de la masa y echándose este en la boca. 

—Una —respondí enumerando con los dedos—, no me había enfadado, dos, ¡no te comas la masa! —le reprendí golpeándole en la mano—. Y tres, vendréis conmigo.

—No, no, ni hablar —contestó aterrado.

—Bueno, ¿y Harley? —pregunté esperanzada.

—Mucho menos —dijo negando con la cabeza.

—Cobardes —dije entre dientes.

—¡Y con mucha honra! —gritó Harley desde el salón.

Rodé los ojos.

************

Clic. Era el horno.

—¡Ya está! —dije cogiendo el bizcocho— Me voy... podéis venir conmigo.... —canturreé.

—¡Adiós! —dijeron al unísono moviendo la mano.

—Te estaremos vigilando desde la ventana, para saber dónde esconden el cadáver —chilló Ethan.

—Gracias por los ánimos —comenté cerrando la puerta detrás de mí.

Crucé la calle acercándome al número cuatro de Privet Drive.

*No creo que sean tan malos...*

Toqué la puerta esperanzada, un toque y ya me habían abierto la puerta.

MALIA COLLINS Y EL HEREDERO DE SLYTHERINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora