Capítulo 18: Club de duelo
Estábamos con Hermione y Ron encerrados en un retrete del aseo de chicas del segundo piso, preparado la poción multijugos. Escuchamos una voz y cómo la puerta de entrada se cerraba. Espantada Hermione pegó un brinco golpeando el caldero y botando la cuchara para remover. Hermione miró por la cerradura de la puerta del retrete.
—¡Harry! —dijo ella abriendo la puerta—. Vaya susto que nos has dado. Entra. ¿Cómo está tu brazo?
—Bien —dijo Harry, metiéndose en el retrete.
—Pensamos ir a verte, pero decidimos comenzar a preparar la poción multijugos —le explicó Ron, después de que Harry cerrara de nuevo la puerta detrás de él—. Hemos pensado que éste es el lugar más seguro para guardarla.
Harry empezó a contarnos la historia de que Colin también había sido petrificado, aunque nosotros eso ya lo sabíamos.
—Ya lo sabemos, oímos a la profesora McGonagall hablar con el profesor Flitwick esta mañana. Por eso pensamos que era mejor darnos prisa.
—Cuanto antes le saquemos a Malfoy una declaración, mejor —gruñó Ron—. ¿No piensas igual? Se ve que después del partido de quidditch estaba tan sulfurado que la tomó con Colin.
—Hay alguien más —dijo Harry, contemplando a Hermione, que partía manojos de centinodia y los echaba a la poción—. Dobby vino en mitad de la noche a hacerme una visita.
—¿El elfo doméstico? —interrogué.
Asintió con la cabeza. Nos explicó todo lo que había sucedido la noche anterior. Que fue Dobby quién cerró la barrera en el andén, el que encantó esa bludger para que le persiguiera. Y que no era la primera vez que la cámara de los secretos se abría.
—¿La Cámara de los Secretos ya fue abierta antes? —le preguntó Hermione.
—Es evidente —dijo Ron con voz de triunfo—. Lucius Malfoy abriría la cámara en sus tiempos de estudiante y ahora le ha explicado a su querido Draco cómo hacerlo. Está claro. Sin embargo, me gustaría que Dobby te hubiera dicho qué monstruo hay en ella. Me gustaría saber cómo es posible que nadie se lo haya encontrado merodeando por el colegio.
—Quizá pueda volverse invisible —dijo Hermione, empujando unas sanguijuelas hacia el fondo del caldero—. O quizá pueda disfrazarse, hacerse pasar por una armadura o algo así. He leído algo sobre fantasmas camaleónicos...
Miré a mí alrededor con los pelos de punta.
—Lees demasiado, Hermione —le dijo Ron, echando crisopos encima de las sanguijuelas. Arrugó la bolsa vacía de los crisopos y miró a Harry—. Así que fue Dobby el que no nos dejó coger el tren y el que te rompió el brazo... —movió la cabeza—. ¿Sabes qué, Harry? Si no deja de intentar salvarte la vida, te va a matar.
La noticia de que habían atacado a Colin Creevey y de que éste yacía como muerto en la enfermería se extendió por todo el colegio durante la mañana del lunes. El ambiente se llenó de rumores y sospechas. Los de primer curso se desplazaban por el castillo en grupos muy compactos, como si temieran que los atacaran si iban solos.
Mientras tanto, a escondidas de los profesores, se desarrollaba en el colegio un mercado de talismanes, amuletos y otros chismes protectores. Neville Longbottom había comprado una gran cebolla verde, cuyo olor decían que alejaba el mal, un cristal púrpura acabado en punta y una cola podrida de tritón antes de que los demás chicos de Gryffindor le explicaran que él no corría peligro, porque tenía la sangre limpia y por tanto no era probable que lo atacaran.
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MALIA COLLINS Y EL HEREDERO DE SLYTHERIN
Fiksi Penggemar[SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA MALIA COLLINS] Este segundo año las cosas no se volverán más fáciles como había deseado Malia,