-Dios Alicia, te juro que si no te estás quietecita te voy a pegar una paliza. Ella es Alicia, la típica amiga hiperactiva que cuando quedas con ella a estudiar en vez de estudiar hace lo que le da la gana, básicamente. Estamos en cuarto de carrera y estamos hasta arriba de trabajos y mierdas varias de esas que mandan en la universidad para aprender, que aprender se aprende poco pero bueno. Creo que una frase que pueda resumir mi etapa universitaria es digerir para vomitar.
Realmente he aprendido cosas aunque no todas las que quería, me gustaría ser docente, profesora hablando más claro, pero veo el camino muy negro. Actualmente tengo mi academia donde imparto clases por la tarde y preparo a niños para los exámenes oficiales de la escuela de idiomas. Se me había olvidado decir que estudio Estudios ingleses o Filología inglesa, como quieras llamarlo.
-Angela, venga tía vamos a la cafetería te estás convirtiendo en un muermo.
-Que no me da la gana de ir y me da igual lo que opines. Hoy viene el sustituto de Ledesma y prefiero entrar a clase vaya que empiece a dar apuntes, francés no es una asignatura que me fascine y lo sabes, además tu deberías de hacer lo mismo.
Se levantó y entró a clase, supongo que hice que su conciencia se removiera. De repente entró un chico joven en clase y al ver que se cerraba la puerta decidí entrar para no quedarme fuera vaya que viniese el profesor. Me quedé estupefacta con lo que me pasó. El chico joven que había visto era el nuevo profesor de historia de francia, tendría unos 26 años , no podía ser más guapo, alto, pelo castaño claro, ojos marrones y almendrados, cuerpo diez pero para qué iba a fijarme en su cuerpo teniendo ese culo tan redondo y prieto, daban ganas de apretarlo. Vamos todo un macizorro en toda regla. Que pena que sea mi profesor.
- ¿Señorita?
-Ángela
-Llega usted tarde, si vuelve a ocurrir no entrará más. Siéntese.
En ese momento se me fueron todas las expectativas respecto a ese especimen, me senté todo lo lejos de Alicia que pude, por su culpa había tenido que aguantar esa humillación.
Empecé a tomar apuntes, ignorando los whatsapp que me llegaban, estaba explicando el passé composé cuando de repente reparé en la cara de profesor, que por cierto ni su nombre había dicho, me sonaba tanto... pero no conseguía recordar dónde lo había visto antes. Lo que sí tenía claro era que ya lo conocía o quizás solo estaba soñando despierta, quíen sabe.
Cuando llegué a mi coche y llegué a casa tomé el ordenador y estuve hablando con mi madre vía skype en referencia al erasmus, que estaba por ver si me lo concedían donde yo quería. El destino que había escogido era Polonia, ya había estado con anterioridad allí y me enamoré de la ciudad, además que no era tan cara como Inglaterra y allí también se hablaba en inglés. Esa noche me dirían la procedencia y por supuesto un profesor vendría con nosotros, los elegidos, para asegurarse de que no faltábamos a nuestras obligaciones. Sólo me voy un cuatrimestre, porque no me da para más todo el dinero que he estado ahorrando durante estos meses, en los cuales no he parado de trabajar en mi academia y en otros trabajos de fin de semana, en los que ganaba dos duros, donde me tenían explotada pero bueno me dan para pagarme el piso donde vivo y las estancia de erasmus además de la beca. El fin de semana que viene voy a ir al pueblo a visitar a mis padres, me trae tantos recuerdos, buenos y malos, pero al fin y al cabo hace que una se ponga nostálgica, más adelante os contaré alguna que otra historieta.
Un sonido hace que salga de mis pensamientos y en seguida mi cerebro lo identifica con el móvil, ese cacharro que nos tiene subyugados pero así somos los seres humanos. En la pantalla pone Alicia y mi compañera de piso Rosana, perdonad que os haya ocultado ese pequeño detalle pero es que no ha estado conmigo hasta ahora, me dice que lo coja, aunque bueno ya sabéis como soy yo, bueno en verdad aún no, colgué, ya me ireis conociendo.
-Ángela...
-No vengas a calentarme la cabeza tú también que suficiente me la han calentado los niños esta tarde ya.
-Necesitas un buen polvo, eso haría que se te quitase la cara de amargada.
Rosana, esa preciosa mujer que podeis ver, perfecta, con ojos pequeños, verdes, rubia y con unas proporciones increíbles es la única amiga que tengo capaz de decirme todo como lo piensa, creo que por eso aún no la he mandado a la mierda... perdonad mi vocabulario. Me fui a mi cuarto, me puse mi pijama y me metí en la cama. Recibí otra llamada de Alicia, esta vez lo cogí.
-Tía, en serio vas a estar así por la tontería de esta mañana, venga ya que somos adultas...
Pensé en sus palabras y comprendí que porque yo tuviese un mal día no podía culparla a ella.
-Esta bien, lo siento, llevo unos días agobiada con el trabajo, lo del erasmus y me caliento la cabeza demasiado ya sabes como soy.
-Lo sé cari, no te preocupes, te quiero igual. ¿Puedo decirlo ya?
-Estabas tardando...
-DIOSSSSSSSSSSS, Que bueno está cuando lo he visto se me han caído las bragas al suelo literal. Sabes que María le quiere tirar... dice que se lo folla antes de que acabe el cuatri...
-A mi en verdad no me parece que esté tan bueno, creo que es un gilipollas y esa que se cree si este en un mes se irá a París con las personas que le toquen.
-Pero María ha echado el erasmus a Francia, está esperando destino y si le toca con él va a ir a muerte además que sabes que esa lo que se propone lo consigue...
-Que se lo digan al de comparada. Me reí y me despedí de ella, la verdad era que no podíamos pasar la una de la otra mucho tiempo.
Estaba corrigiendo unos ensayos cuando me saltó la campanita de mi e-mail, me sorprendí bastante al ver que era de mi profesor nuevo.
"Mañana habrá clase desde las ocho hasta las doce, esto será para recuperar las horas que habéis perdido ante la ausencia de mi compañera. Atentamente Hugo."
Así que se llamaba Hugo... ¡Ay Hugo, que misterioso te presentaba y que gran descubrimiento hice!

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¿Casualidad o causalidad?
أدب نسائيÁngela es enérgica, agotaría la paciencia de cualquier persona, quizás eso sea parte de su encanto. Estudia cuarto de carrera y además trabaja por la tarde en su propia academia de idiomas, pequeñita pero que no le va nada mal. Hugo, un profesor su...