A veces el karma no es tan malo

A salvo, ¿quién? ¿cómo? hora de planes

Con las prisas que tenía y la desesperación que enfrentaba, no tuvo tiempo de pensar en lo que haría una vez llegase a la casa, pero ahora que se encuentra justo afuera, estabilizando su corazón para enfrentar su mayor temor o su mayor bendición, cualquiera que sea, puede jurar que llorará, sea cual sea la situación, sus sentimientos están a flor de piel, así que si bien pudo llegar a su casa es puro milagro porque sentía que a cada segundo se decidía entre la muerte o salvación de su padre pero una vez aquí no queda más que afrontar su decisión, quien diría que tendría miedo después de enfrentar tantas pesadillas, demonios, criaturas y hasta una invasión alienígena, esos chitauris aunque aterradores con sus caras desfiguradas, no eran nada, solo necesitaba bloquear su señal para evitar un gasto mayor de energía.

A lo que vamos, respiro profundo y  en un segundo de valentía abrió la puerta, confiando en que una vez abierta, el atravesarla fuera más sencillo, lo cual, dejame decirte, no fue el caso, cada paso se sintió como ser un preso, con cadenas en los tobillos y una de esas bolas de peso que según los dibujos animados llevan, tuvo que dar un paso por cada respiración, inhalando profundamente para que cuando exhalara, de manera acelerada solo diera un paso, una vez llegado al sillón, cerró sus ojos, pensando y analizando la situación, no había ningún sonido que pudiera escuchar, para bien o para mal parecía estar solo, aunque eso era aun mas tenebroso, con la patrulla de su papá aparcada afuera sería de esperar que se encontrara esperándolo en la misma entrada, esperando saber que pasó con aquel que lo poseyó,  razón de sobra para esperar lo peor, mientras más rápido se haga a la idea podrá seguir adelante y asegurar mas tiempo de tortura para el mismísimo demonio, probando desde el agua bendita hasta restricciones de ser necesario, todo aquello que asegure una muerte lenta, después de todo podrá alimentarse de la desesperación, muerte, caos, miedo y demás, pero está completamente seguro que eso no se  incluye cuando proviene de sí mismo. Que el infierno tiemble donde sus sospechas sean ciertas.

Revisa con mucho cuidado la sala de estar, continuando con la cocina, al no encontrar nada, va por el baño, por suerte no encuentra ningún rastro de lucha o catástrofe, entonces sube las escaleras con mucho cuidado, cada escalón es un mini infarto, esperando escuchar cualquier señal de voz lamentandose, observa su habitación para seguir con su baño personal, por último deja el cuarto de su papá, que aunque debió ser el primer lugar, también es el que le genera mas dudas e incertidumbre, el simple hecho de abrir la puerta costo un esfuerzo impresionante, aun esta con los ojos cerrados, concentrándose en escuchar hasta el más mínimo sonido, eso incluye el sonido del agua fluyendo por el grifo, un sonido que proviene del baño, para al segundo siguiente se cierre, aunque igual puede que haya pasado una hora, porque el analizar lo que le espera consume más tiempo de lo que pensó, fijándose en el reloj del buró, pero puede respirar tranquilo al ver a su padre abriendo la puerta, tal vez demasiado lento y con una venda cubriendo su estómago, pero el verlo hace que todo el peso del que no fue consciente hasta ese momento se quite de sus hombros, haciendo de su respiración algo mas sencillo y su pensar algo más relajado, pero lo primero que hace obviamente es darle un súper abrazo Stilinski, tal vez más largo que cuando fue secuestrado por la darach, pero en su defensa también fue mayor la desesperación al caerle de sorpresa, que aunque anteriormente se lo esperaba, nunca es fácil pensar en que su única familia está siendo amenazada por el villano de turno, siendo este el que ha creado un antes y un después de sus acciones, al minuto siguiente se separa, principalmente por el breve quejido proveniente desde lo más profundo de la garganta del Sheriff.