Capítulo 21

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—¡Frezzia! —se escuchaba a Ji — toma esto por favor, refiriéndose a un collar con una piedra amarilla.

—¿Qué es esto? preguntó.

Frezzia se oía decir a Ji muy lejos—. No dejes de luchar.

Lo que tanto anhelabas ya se ha vuelto realidad.

Ahora deberás distinguir la realidad de la fantasía.

Frezzia se despertó asustada, de nuevo el mismo sueño.

Llamó a Ji, eran las 06:30 am.

Al comprobar que ella estaba bien, no sin antes recibir un regaño por la llamada a esa hora, se volvió a dormir.

Sonó el despertador, eran las 8:00 am.

Miró el calendario, partía a Londres en dos días.

Bajó al comedor y saludó a su madre, ese día irían de compras.

Envió un mensaje de cariño a su novio y se marcharon.

La madre se esforzaba en llenar el carrito con muchas cosas que su hija necesitaría en el extranjero.

—¡Mamá! No creo que pueda llevarme todo esto —replicaba—. No pienso pagar carga extra por mi maleta. Mejor quédatelos tú.

Mientras seguía por el pasillo de enlatados se sintió observada pero no hizo caso hasta que recibió un abrazo por la espalda que la derritió inmediatamente.

Era Tim.

Primero se sorprendió después lo abrazó con mucha euforia.

—¿Qué haces aquí? —preguntó.

—Hago compras también.

— ¿Al otro extremo de la ciudad? —se burló.

—¡Creo que he sido descubierto!

—Yo le pedí que nos acompañe, aprovechando que los tiempos son cortos. Además dijo que nos cocinaría hoy —explicó su madre.

—¿Enserio? —sonrió Frezzia—. ¡Es verdad! No he comido nada coreano hasta ahora. Debes preparar algo antes de irme.

—Lo sé, por eso estoy aquí —replicó el chico.

Ya en casa y desempacando lo que necesitarían para cocinar, Frezzia recibió una llamada.

Se apartó a contestar.

— ¿Quién era? —preguntó su madre.

—¡Ofreciendo tarjetas de crédito! —respondió.

Tim se lució en la cocina: preparó sopa de algas y kimbap, ambos platos coreanos muy populares en Corea.

—¡Esto sabe a los Dioses! —gritaba Roy con la boca llena.

—¡Gracias! —repetía a cada momento Tim.

Explicaba que en Corea cocinaban la sopa de algas para los cumpleaños o momentos muy especiales. Ese día era muy especial: era el momento con su novia.

Terminada la comida salieron al parque, Tim tenía otra sorpresa.

—Mira lo que he comprado.

—¡Una cometa! —gritó—. Hace años que no veo una, espero el viento nos ayude para volarla.

Llegaron al parque ITCHI que era el más alto de la ciudad y donde el viento soplaba muy fuerte.

Después de pelear con Tim porque la cometa no voló al instante, Frezzia calculó que le faltaba peso. Una vez resuelto el problema, la cometa voló.

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