Nuevo Simón y Nueva Carta

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|Al Día Siguiente|

°Narrador Normal°
Los cuatro chicos estaban en la casa de uno de ellos, nuevamente. Ésta vez se habían reunido para desayunar juntos, querían pasar juntos; querían verse todos lo días como lo hacían antes de graduarse. No deseaban perder la costumbre, eso decían.

—Éstas son las tuyas Mike— Su novia le sirvió las tostadas.

—Y éstas las tuyas Ro— Adele le sirvió al suyo.

—Y éstas para nosotras— Exclamaron las dos chicas sentándose a comer.

—Hey ¿Por qué las suyas son más grandes y doraditas?— Se quejaron.

—Son lo mismo, no hay nada diferente.

—Si es así, cambiemos— Propusieron.

—No porque, para empezar; ya se estaban comiendo una y para terminar; ésta es nuestra comida, así que no molesten y déjennos comer— Comenzaron a comer.

Cuando estaban a punto de terminar Simón entra, todos voltearon a verlo. Se extraña al verlos otra vez en la casa, en especial a Roger. Se molesta.

—¿Qué, ahora no tienen casa ustedes?— Se dirigió al refrigerador.

—Eehh..

—¿Qué te pasa?— Preguntó Adele disgustada.

—Nada, sólo hice una pregunta y estoy esperando la repuesta.

—Entonces, esperarás todo el día porque no pienso dejar que respondan— Su expresión era seria, no le gustó la actitud de Simón.

—Les doy tres para que salgan de aquí— Se dirigió a los muchachos quien habían escuchado todo.

—No les hag...— Fue interrumpida.

—Uno.

—No te preocupes Adele— Se levantaron.

—Dos.

—Ya nos íbamos de todas formas— Se despidieron.

—Tres— Terminó la cuenta.

—Te veo más tarde— Le dijo Maya al oído cuando le daba un beso en una de sus blancas mejillas.

Tomaron sus pertenencias y caminaron hasta la puerta, Adele los acompañó aunque ya conocieran el camino. Se disculpó por lo ocurrido y ellos se marcharon después de un "No te preocupes, nos vemos pronto".

No quiso ir a la cocina porque Simón continuaba dentro, así que se fue a su habitación. Cerró de un portazo y se tiró en la cama; molesta.

¿Qué rayos le sucedió a Simón? Esa es la pregunta que rondaba en su cabeza una y otra vez, sin llegar a alguna conclusión. Lo que si sabe es que no le gustó para nada como trató a sus amigos. Esto lo hablaría con Penny luego, ella seguía dormida. ¿Qué habrá estado haciendo en la noche?

Se la pasó un buen rato ahí, pensando. Cuando supuso que Simón ya no estaría en la cocina, bajó; tenía que dejar todo organizado si no quería que su mamá se enoje con ella.

Todo el trayecto hasta allí fue tranquilo normal: sin Simones cercas. En el lugar tampoco había "moro con lenteja" (moros en la costa), 'Que bueno' fueron las palabras de la joven antes de ponerse a arreglar. Todo bien, todo bonito; así lavaba los trastes. Terminó y se fue a verificar que la puerta esté bien cerrada, al hacerlo ve que hay correspondencia; no mucha, era una sola carta. Atrás de ésta decía Penny Adkins, sin embargo, ella ya la estaba abriendo: le entró la curiosidad al ver que no tenía postal.

El Novio de MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora