Regreso Y Las Peores Dos Semanas

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°Narrador Normal°
Las cosas con Maya no iban de gran mejoría, Adele estaba triste y nostálgica, todo éste asunto con su mejor amiga la tenía mal.

Estaban cenando; las dos mujeres y el único hombre de la casa (el padre de Maya) quien había regresado después de su empleo temporal. La rubia menor no los acompañaba, su horrible actitud la dominaba.

—Delly querida ¿Por qué no comes?— Le preguntó Doña Kiara.

—Toda ésta situación me tiene sin apetito, la verdad es que no la entiendo y eso me frustra— Contestó la joven jugando con la comida.

—Si no la estás pasando bien entonces, por qué no te marchas— Replicó Maya mientras entraba.

—¿Qué te pasa conmigo?— Cuestionó Adele entre alterada y confundida.

—Muchas cosas y una de ellas es que me irrita cuando haces tantas malditas preguntas.

—Te vuelvo a repetir, sólo estoy preocupada por ti— La joven visitante intentaba calmarse y no gritar.

—Otra vez con el mismo cuento, ya me estás cansando.

—No tienes porqué tratarme así, sólo vine a brindarte mi apoyo— Adele perdió la paciencia y se enojó.

—¡No te pedí que lo hicieras!— La rubia comenzó a levantar la voz.

—¡Lo hice porque soy tu amiga!— Gritó furiosa. Una de las cosas que más odia es que le griten.

—¡Si realmente fueses mi amiga comprenderías cómo me siento!

—Tienes razón, no comprendo— Dicho ésto salió del comedor y subió a su habitación (la que le habían asignado).

Tomó su maleta y comenzó a llenarla con todas sus pertenencias mientras derramaba lágrimas de dolor, ya que, nunca en la vida había discutido de tal manera como lo había hecho con Maya, su mejor amiga, su misma.

Sus palabras fueron muy duras pero al mismo tiempo ciertas, ella no le había pedido que la acompañe incluso le insistió en quedarse pero Adele como la buena amiga y hermana que es; sin importar qué le demostró cuanto la amaba con ese viaje. Maya al parecer, no lo notó. No notó lo que Adele podía hacer por ella, ni los miedos que enfrentó al estar a su lado (Adele siente mucha angustia al estar dentro de un avión y de un cementerio).

°Narra Adele°
Me encontraba empacando cuando escuché que la puerta se abría, tenía la esperanza de que fuese Maya; quien había recapacitado y me venía a pedir que no me fuera y me quedara a su lado, pero, tristemente no fue ella y tampoco fue así.

—Dell, linda. No es necesario que te vayas, aquí nadie te está votando— Se sentó en la cama.

—Maya si. Ella no quiere que esté aquí y ¿Para qué continuar irritándola?— Traté sonreir pero sólo conseguí llorar más fuerte.

—Sabes que ella está actuando sin pensar, habla sin pensar. La muerte de su abuelo no le hizo muy bien que digamos— Me abrazó.

—Pero no tenía porqué...tratarme así— Mi voz se entrecortó.

—Nena, tranquila. Ya se le pasará, sólo es cuestión de tiempo, sólo hay que dejar que se le pase el mal rato.

—De acuerdo pero yo ya no me quedaré aquí, me iré a mi casa en Londres— Acoté limpiando mi rostro.

—¿A éstas horas? Te puede pasar algo.

—Ni tanto, no es la última vez que iré sola a un lugar por la noche— Cerré mi maleta.

El Novio de MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora