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Jay

Acostumbrarme a ésta ciudad no sería fácil, mucho menos alejarme de mis amigos y mi familia, pero dejar a la mujer que había hecho de mis últimas dos semanas las mejores de mi vida sería lo peor.

La hora de volver a casa había llegado, mis amigos me decían que me olvidara de aquella mujer y regresara a nuestra vida de siempre; pero no era tan fácil. La diferencia de edad y que fuera casada no me importaba en lo absoluto, con Chienna lo pasaba mejor que con cualquiera y no quería alejarme de ella, al menos no todavía.

-Lamento no poder ir...-

-Descuida linda, nos veremos más tarde ¿no?-

-Claro que si, no pienso irme a dormir sin verte ántes.-

-Que gusto, porque yo muero si no te veo.-

Su risa al otro lado de la línea me llenó el alma, sin dudas esa mujer era increíble.

-Debo colgar, en cualquier momento llegará mi marido y mi hermano vendrá junto con él.-

-Bien, me mandas cuando estés lista para vernos...-

-Claro que si encanto, solo déjame pedirte algo.-

-Lo que quieras Chienna.-

-No mires mucho a mi sobrina...-

-¿Realmente crees que miraré a una niñita teniendo a una mujer en mi cama?-

-Claro que no, se que no lo harás. Confío en ti.-

-Eso me hace feliz.-

-Adiós encanto.-

-Nos vemos linda.-

Estaba yendo a un bar, me encontraría con la sobrina de Chienna quien al parecer era la respuesta a nuestro problema.

Ella necesitaba un novio aunque no lo quisiera, y yo necesitaba un lugar dónde quedarme hasta encontrar empleo y poder tener mi lugar.

Si bien al principio no me había gustado la idea de tener que convivir con una niña mimada, después cedí solo por el hecho de que necesitaba el lugar para quedarme, además solo sería un tiempo hasta que pudiera tener mi espacio. Todo sea por no separarme de Chienna.

Cuando entré al bar busqué a la chica con la vista, pero ninguna de las presentes coincidía con la descripcion que me había dado Chienna de su sobrina; así que me senté en una mesa a esperar que la niña llegara.

No pasaron dos minutos que la música se hiso más fuerte y una canción dio inicio.

"Girls just want to have fun" de Cyndi Lauper. Pero la voz no era la de la cantante, miré hacia el pequeño escenario y vi a una linda chica mover las caderas y cantar la canción de una forma que llamaba la atención de todos los masculinos presentes, eso incluyéndome.

Cuando la chica terminó su show, todo los hombres del lugar la aplaudieron y le silbaron demostrando su gran admiración hacia su actuación, o más bien hacia su cuerpo. Era algo asqueroso, pero no culpaba a la chica, los hombres solemos ser unos babosos, unos más que otros.

Cuando la chica pasó a mi lado pude darme cuanta que era a ella a quién yo esperaba, su figura física era exacta con la descripción que Chienna me había hecho.

-¿No crees que aveces demaciada diversión puede ser peligrosa?-

Ella se detuvo y se giró hacia mi con una gran sonrisa.

-Hay personas a las cuales nos exita el peligro... ¿nos eres una de ellas?-

-¿Tengo cara de serlo?-

-No lo se, quizás le pregunte al marido de mi tía.-

Sorprentemente esa chica no era ninguna tonta.

-Es un gusto conocerte Alexis Ren.-

*-*

Alexis en multimedia 👑

ConcubinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora