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Alexis

-Tranquilo Jay, papá en el fondo es un amor.-

-¿No me sacará a patadas?-

-Claro que no, él se muere porque yo me case y tenga hijos y un gran futuro. Por eso hacemos ésto.-

-Claro. Me quedo tranquilo entonces.-

Reí ante su expresión y le sonreí.

-Ya, no va a pasar nada.-

Y para que sintiera confianza y tranquilidad, tomé su mano solo segundos antes de que mi padre abriera la puerta y nos observara de pies a cabeza. Era cómo el rey león observando a dos animales que proclamaban su consentimiento desde la parte más alta de la roca.

Cuando le dije a mi padre que tenía novio, y que quería presentarselo él canceló todas las citas y reuniones que tenía el día siguiente y me obligó a que fuera a comer.

Él dijo "dile al muchacho que está cordialmente invitado a asistir", pero la verdad conociendo a mi padre eso había sonado más como una orden que como una invitación.

Jay estaba nervioso, yo también claramente, pero él parecía un niño que iba a su primer día de colegio en un instituto nuevo. Un día antes de la cena, estuvimos toda la tarde hablando sobre nuestro gustos, nuestras manías, nuestra familia, para así poder conocernos mejor y poder fingir el noviazgo con más facilidad.
Le dije que no se atreviera a llamarme Alexis, que me dijera de una forma amorosa, yo por mi parte le decía Cielo; pero no se sentía tan cómodo estando Chienna ahí, así es, mi padre había invitado a la tía y su marido...era incómodo, muy incómodo.

-Así que Jay ¿Estudias algo?-

-Estudié Marketing señor, me recibí el año pasado.-

-Oh ya estás recibido entonces ¿de que trabajas?-

Ésta vez le preguntó Chester, el marido de Chienna, quién miraba atentamente todos los movimientos del chico. Pero Chienna interrumpió.

-Dejen de invadir con preguntas al chico, lo asustan.-

-Descuide, todo está bien. Digamos que estoy momentáneamente desempleado.-

-¿Cómo así?-

-Amm Jay estaba trabajando en Berlín INC, ¿no Cielo?-

Intervine para salvarlo, pues esa era una empresa muy conocida la cuál había quebrado hace apenas unas semanas y todo el personal había quedado desempleado. Puse mi mano en la pierna de Jay y la presioné un poco para que él entendiera que tenía que seguirme la conrriente.

-Ah si.-

-Siempre dije que esa empresa tomaba muy malas deciciones.-

-Dígame a mi, yo les advertí que estaban haciendo las cosas mal, pero no quisieron escucharme.-

-Ellos saben que si te hubiesen hecho caso no hubiesen quebrado; hubiesen podido salir adelante, pero son unos idiotas.-

-Gracias por el apoyo Amor.-

Luego plantó un tierno beso en mi frente, yo sonreí y acaricie su cabello; lo que hizo que mi tía emitiera un sonido con la garganta.

-Espectáculos en la mesa no por favor.-

-Hermana, déjalos son jóvenes y se aman.-

Creo que esa fue la primera vez en mucho tiempo que oía a mi padre hablar a mi favor, siempre se quejaba de todo lo que yo hacía, me sentía más que satisfecha.
Jay le había caido bien, y no habían dudado de la relación en ningún momento.

-¿Haces deportes Jay?-

-Si, hago surf.-

-¿En serio? Yo siempre quise aprender, pero Alexis no quiso enseñarme.-

-Pues cuando quieras, yo te enseño.-

Resulta que yo solía surfear pero sólo por hobby, y mi hermano pequeño siempre había querido hacerlo pero yo era poco paciente.

-Dime Jay, ¿que te parecería trabajar en la empresa familiar?-

Si, todo iba más que perfecto.

*-*

Alexis y Jay en multimedia 💕

ConcubinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora