Alexis
Cuando conocí a Jay supe enseguida que él no era como los tipos de su edad. Su forma de hablar, de expresarse, cómo en ningún momento me miró el escote o el trasero, y también el hecho de que estuviera saliendo con una mujer casada y quince años mayor que él. Él se comportaba cómo un hombre, muy maduro para su edad, pero en estos momentos estaba siendo todo lo contrario.
Luego de que nos besaramos, se puso nervioso, me pidió disculpas y se fue a encerrar en su habitación. A pesar de que estuve media hora golpeando su puerta, diciéndole que no debía pedirme perdón y que debíamos hablar sobre el asunto, no me abrió, ni siquiera me respondió. A la mañana siguiente, lo oí hablar con mi padre y decirle que no se sentía bien para trabajar, se quedó en casa pero no salió de su habitación hasta que yo me fui a clases.
Me evitaba todo el tiempo, cuando nos encontrábamos siempre tenía una escusa para alejarse de mi y no hablarme. Se comportaba como un estúpido niño adolescente, y eso me estresaba; estaba tan pendiente de poder hablar con él que me costaba estudiar, no importaba cuánto tiempo estuviera encerrada repasando una y otra vez los textos, nada quedaba en mi cabeza.
Luego de tres horas intentando leer un libro, me rendí al no lograr ni la más mínima concentración; así que bastante frustrada, me levanté y fui hacia la cocina por algo que comer.
Un gran silencio habitaba en el departamento, lo único que había logrado digerir había sido una triste manzana; el tema me tenía tan preocupada que hasta me quitaba el apetito.
Me asombre al escuchar la puerta de la habitación de Jay abrirse, y aún más cuando lo ví venir hacia la cocina, estaba concentrado en su celular.
-Era hora...-
Él no dijo nada, levantó la vista hacia mi y solo me observaba.
-¿Ya te aburrió?-
-¿Qué?-
-Evitarme...-
-Alexis, no es buena idea hablar de eso.-
-¿Porqué no? Yo creo que no hablarlo y evadir el tema es inmaduro.-
-Es mejor dejarlo así, fue solo un beso y ya.-
-Jay, aunque no lo creas, en éstos casi tres meses te conocí lo suficiente como para saber que no eres de los que dan solo un beso y ya.-
-¿Tu crees que en tres meses pudiste realmente conocerme?-
-Por supuesto que lo creo, eres transparente Jay. ¿Y sabes otra cosa?-
-¿Qué?-
-Creo que tienes miedo.-
-¿Miedo? ¿Miedo de qué?-
-De admitir lo que te pasa.-
-Yo no tengo nada que admitir, tengo mis pensamientos y sentimientos muy claros.-
Me acerqué, logrando que entre nosotros sólo hubiero unos centímetros de distancia.
-¿Estás seguro?-
-Muy.-
-¿Porqué eres tan orgulloso? ¿Porqué no, simplemente haces lo que sientes?-
De a poco la distancia que nos separaba fue disminuyendo, y cuando tuve sus labios a solo milimetros de los míos, el timbre sonó. Ambos nos detuvimos, pero no nos alejamos.
-Es Chienna, y vino por mi.-
Luego se alejó de mi, fue hacia la puerta y se marchó junto con mi tía. Yo me había quedado quieta, sin emitir palabra o movimiento alguno, el silencio volvió a invadir el departamento.
Quizás el problema no era él, quizás el problema era yo, quizás yo era poca mujer para él y por eso él prefería irse con mi tía.
Jamás me había sentido más sola que es ese momento.
*-*
Alexis y Jay en multimedia 💕
ESTÁS LEYENDO
Concubinos
Short StoryEs verdad que a los hombre les atraen las mujeres mayores. También es verdad que las mujeres no paran hasta tener al hombre que quieren. Pero sobre todo, es verdad que las personas que conviven establecen un gran vínculo. Era un claro y sencillo a...