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Jay

El día era muy caluroso cómo casi todos los de la bella California, pensar que hace un mes apenas venía a pasar 20 días de vacaciones y ahora me estaba mudando aquí, con una persona a la que solo había visto una vez, y por una mujer que además de tener 15 años más que yo estaba casada.

A veces me repetía una y otra vez lo que estaba sucediendo, para caer que no era mentira, que realmente estaba haciendo eso. ¿De verdad iba a dejar todo por una mujer? Eso no sonaba a algo que Jay Alvarrez haría, claro que no.

Si bien hacía ésto un poco por Chienna, lo hacía principalmente por mi; estaba algo cansado de la rutina, de los lugares del pueblo en que viví toda mi vida, necesitaba cambiar de aires, independizarme de mis padres, no podía seguir a su lado a los 22 años...debía progresar.

-¿Estás bien encanto? Te he notado algo distraído...-

-Estoy bien, solo pensaba en lo raro que es ir a vivir con alguien a quién sólo vi una vez.-

-Eso no es lo que debe preocuparte de Alexis, debería darte más miedo conocerla.-

-Parece una niña caprichosa.-

-Es una niña caprichosa. Pero en el fondo es buena chica.-

-Ajá, y tu díces eso porque es tu sobrina y la quieres.-

-Ya olvídate de Alexis, piensa que ésto es por nosotros.-

Chienna besó mis labios, luego mi quijada y bajó hasta mi cuello; un increíble sentimiento de excitación inundó mi cuerpo, por lo cuál tuve que aparatrala ya que estabamos en un ascensor y no sería apropiado.

-Aquí no linda...-

-Lo siento, es la ansiedad.-

Luego el ascensor paró y sus puertas se abrieron, tomé mi bolso y caminamos juntos hasta la puerta 46.

Cuando golpeamos la puerta, no recibimos respuesta del otro lado por lo que tuvimos que llamar una vez más; despues de 4 minutos oímos un "ya va" desde el otro lado y un golpe sordo, como si algo se hubiese caído.

Cuando la puerta se abrió, vimos a una despeinada, adormilada, pero hermosa Alexis, que no paraba de resfregarse los ojos.

-Te dije que vendríamos a las 19:00 Alexis, son las 19:12.-

-Porfavor tía no seas aburrida, se más espontánea.-

-Si eso implica ser irresponsable e impuntual como tú, mejor paso.-

-Ya linda, fueron sólo unos minutos.-

Pude notar claramente la molestia e incomodidad de Alexis ante el comentario de Chienna, así que decidí ayudarla para no comenzar una discucion.

-Bien, no se queden ahí parados pasen.-

-Yo en realidad tengo que irme.-

-Pensé que me ayudarías y luego iriamos a comer.-

-Lo siento, pero hoy Chester invitó a unos amigos a cenar, debo ir.-

-Ok, descuida. Suerte linda.-

-Nos vemos amor. Adiós Alexis.-

-Nos vemos tía.-

Cuando Chienna se fue ambos quedamos sumidos en un gran silencio, no uno incómodo, todo lo contrario; al parecer ambos teníamos cosas que nos dispersaban, o quizás Alexis seguía dormida.

-¿Dónde me instalo?-

-Amm no tuve tiempo de alistar el cuarto de huespedes ¿no tendrás problema de domir en el sofá? Es solo por hoy...-

-Descuida, no hay problema.-

-Iba a alistarlo hoy, pero tuve que ponerme a estudiar y al final me terminé durmiendo.-

-Tranquila, estaré bien en el sofá.-

-Mm no lo se, mi hermano se quedó el otro día y dijo que es muy incómodo. De última mi cama es de dos plazas, no te preocupes.

-¿Disculpa?-

-No tienes inconveniente con dormir una noche conmigo ¿o si?-

*-*

Alexis en multimedia 👑

ConcubinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora