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Narrador omnicente

<<4 años después>>

-¿Crees que vendrá?-

-No lo sé.-

-¿Crees que lo haya superado?-

-Pasó mucho tiempo, si es una persona madura vendrá.-

-Se que lo es, lo que me preocupa es su orgullo.-

-No estés preocupada, no debes estarlo la noche previa a tu boda.-

-Ya lo sé, pero la verdad me gustaría mucho verla ahí...es mi única tía.-

-Te entiendo amor. Tú tranquila, no vas a estar sóla, yo voy a estar siempre contigo.-

-Si estás conmigo, se que todo va a estar bien.-

-Y lo que más quiero, es verte bien.-

-Te amo Cielo.-

-Yo te amo más, mi Alexis.-

Si, había pasado mucho tiempo ya, y muchas cosas. Si bien al principio todo había sido muy difícil, Alexis y Jay no se arrepentian de nada, pues su amor compansaba todo mal que pudieran llegar a pasar.

Luego de que Chienna descubriera a los amantes, ésta no quiso saber más nada de ellos. Su rencor era tan grande, que se negaba a tener algo que ver con las personas que la habían traicionado.

Ella había engañado a Chester primero y ahora el karma se lo estaba devolviendo con Jay, ella lo sabía,  pero aun así no dejaría su orgullo de lado para volver a relacionarse con los causantes de su infelicidad.

Alexis había sido la más afectada, pues había perdido a su única tía ya que su madre había sido hija única. Intentó acercarse a Chienna de muchas formas pero ninguna resultó, estaba muy dolida; pero no más que Alexis cuando su tía le dijo que estaba embarazada y muy probablemente de Jay. El engaño duró poco, pues las fechas  no coincidían y a Chester se lo veía muy feliz de por fin tener un heredero.

Eso destruyó aún más a Alexis, pero ahí estaba Jay, apoyándola incondicionalmente. Haciendo que todo mal desapareciera, siendo su amigo, su compañero, su protector, su todo.

Si bien él estaba seguro desde un principio que no era el padre del bebé que esperaba Chienna, se comprometió a hacerce cargo si así era;  pero como él lo supo, ese hijo no era suyo.

Cuando Alexis terminó porfin la carrera de turismo, junto con Jay tomaron la desición más importante de su vida: ser felices.
Jay dejó de trabajar con su suegro para dedicarse profesionalmente al surf, que era lo que realmente le apasionaba; Alexis trabajó un tiempo como azafata, luego fue contratada para modelar en las pasarelas más importantes del país.

Y lo mejor de todo, ambos pudieron realizar un gran sueño que compartían; y eso era viajar por todo el mundo.
Su último viaje había sido a las Islas Galápagos-Ecuador, dónde Jay se había animado a pedirle matrimonio a Alexis. Su vida estaba siendo perfecta, y pronto lo sería aún más.

-Si, acepto.-

-Sin más, por el poder que me confiere la ley, yo los declaro, marido y mujer. Puede besar a la novia.-

Los aplausos y las felicitaciones se hicieron presentes, incluso la de Chienna, quién se había presentado a la boda junto con su marido y su hijo fingiendo que nada había pasado. Muchas dudas pasaron por sus mentes, pero eran tan felices que ignoraron todo lo que podía arruinarles aquel momento.

-Y dígame señora de Alvarrez ¿sabe cuándo vendrá la mini Alexis?-

Alexis rió al escuchar la pregunta que le hizo su marido mientras bailaban.

-Te puedo asegurar que no todavía. Pero en un año o dos, pueden venir todas las mini Alexis y los mini Jay que quieras.-

-Te tomo la palabra.-

The End

*-*

Muchas gracias a todos lo que leyeron ésta pequeña historia, y aún más a los que votaron y comentaron. Y los que no ¿qué esperan?
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Alexis y Jay en multimedia 💕

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