¿Y si todo fuera al revés? Piénsenlo. El apellido Granger fuera una de las mejores familias sangre pura de todos los tiempos. Y el apellido Malfoy, fueran solo sangre sucia...¿Como afectaría esto en la historia?
Aviso, se basa mas en la vida de Her...
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Capítulo veinte.
-¿Porqué o qué? -cuestiona Hermione con curiosidad. Ella la había enterrado bien, no habría nadie de saber donde estaba ni encontrarla.
-Lleva desaparecida, su familia afirma que no está con ella y la ultima vez la vieron aquí en Hogwarts, antes de que tu te fueras. -dice intrigado, memoriza cada movimiento de la castaña para ver si hay algo inusual en ella o si está nerviosa.
Pero su mente trabaja tan bien, que eso es un simple mentira piadosa.
-Pues quizá se quiso ir. La entendería. -comenta mientras suelta el equipaje en la cama. -Ahora si me permites, quiero descansar. -finaliza.
-Está bien. -murmura el moreno saliendo de la habitación. Duda de la castaña pero si mismo tiempo sabe que es su amiga y ambos pueden contarse cosas, más lo que no sabe es que Hermione está tan rota por dentro que hará cualquier cosa si alguien se interpone en ella, sus seres queridos y su bienestar.
Pasada una semana, todos entraron normal nuevamente a la Jornada matutina en Hogwarts, bajo las escaleras mientras su pelo caía en cascadas en su espalda.
Varios póster se habían colocado en el castillo, paredes, columnas, con el nombre, fotografía y una frase llamando la iniciativa por si alguien había visto a Parkinson.
Sonrió feliz, esa idiota ya estaría con los gusanos por todo su cuerpo.
Entró al comedor y divisó a Nott y Zabini. Volvió a mostrarse fría pues no podía dejarse llevar por absurdos placeres para que ellos sospecharan de ella.
-Buenos días. - se sentó y acomodo su uniforme.
-¿Que tal amaneces? -pregunta Nott, quien a pesar de las quejas que le había dicho Zabini por el comportamiento tan raro de la castaña además de la desaparición de la morena, lo dejaban algo intrigado.
-Bien. -comenta con ganas de dejar el tema ahí. Comen en silencio, y de vez en cuando le manda miradas a la mesa de Gryffindor. Donde su príncipe blanco sonríe como idiota sin poder ocultar nada.
Las clases pasan y con ello llega la hora de cenar, Hermione decide ir hacer sus planes pues el tiempo corre y consigo la vida de su madre, cuando encuentra la sala común desocupada, sale directo a los pasillos, recorre el camino que ya sabe de memoria y llega a la sala de menesteres.
Narra Hermione.
Llego y pienso lo que mi alma más anhela, las puertas se abren y consigo entro. Me siento observada, todo el recorrido que hice hasta aquí sentí una presencia detrás mio. Más no coloque cuidado y cuando volteaba sobre mi eje, nadie aparecía.
Descubrí el armario, tirando una manta vieja y pólvora, traía conmigo un pájaro que encontré en el camino. La vez pasada adentré una manzana, la cual fue de vuelta a mi mordida. Me entusiasme tanto porque supe que todo estaría saliendo a la perfección. Quizá pueda tener un poco de luz, y este plan c no me falle.