32. Despedida, padre.

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Hermione camino detrás de Theodore, ambos sigilosos como una serpiente, la castaña conocia claramente los pasadillos de su casa, Theodore apenas conocía unos pero acertó escondiendo al padre de Hermione en aquella estancia oscura y sucia, sin aire.

Abrieron la puerta, encontrándose con un hombre tirado en él suelo, quieto, su respiración estaba muy pacífica, débil, casi no se veía. Su cabello estaba suelto esparcido por él suelo, y sus ropas estaban grises del mugre.

—Le mantengo con un plato de comida al día. Nadie mas ha vendido, ni sabe de este paradero. —arcitulo Theodore.

—Gracias. Por un momento pensé que te había perdido igual que este sujeto. —hablo Hermione mientras se subía las mangas de su camisa negra.

—Claro que no. Yo mas que nadie, se lo que este infeliz Hizo contigo. —Theodore cerro la puerta y invocó varios hechizos para que nadie escuchara ni sintiera. —¿Que le harás?

Hermione sonrió. ¿Que le haría? ¿dejarlo con vida? ¿torturarlo? ¿matarlo? ¿dejarlo vivir? ¿borrarle los recuerdos?

—Quiero hacer algunas cosas que leí en un libro muggle. ¿quieres ayudarme?

Theodore abrió sus ojos, extrañado. Luego asintió, no dejaría sola a su amiga. Nunca.

—Claro. —Ambos sonrieron, y comenzaron a despertar a Luis con golpes en sus piernas.

***

—¡Vamos! —grito Ginny, los tres chicos agarraron a la pelirroja y salieron de aquella Fiesta.

Estaba claro, no podrían volver, buscaban a Harry, y moverían cielo y tierra por encontrarlo.

Pero al menos él estaba con su novia.

Harry recordó la casa de Sirius, donde fueron para poder quedarse aquella noche, llegaron y vieron todo descuidado, sucio y desorganizado.

Ron escogío él sofá negro. Ginny y Harry la habitación de arriba, mientras que Draco a penas si podía asimilar Todo.

Otra vez perdía a su amada.

—¡Chicos! Venid a ver esto. —les llamo Ginny.

Los hombres subieron y vieron las inciales de la puerta, concordaban con la nota firmada que hayaron en él guardapelo falso.

***

—Sabes padre, siempre te considere como alguien astuto, inteligente, brillante y lleno de codicia. Un día temí ser igual que tu, pero ahora... Ahora solo quiero que veas en lo que me has convertido. —y enterró un palo de madera puntuoso en la pelvis de Luis.

Él hombre grito, y se removió intentando alejarse de ella.

—¡Loca! ¡blasfemia! ¡no eres mi hija! —grito aterrado.

—¡Y tu no eres mi padre! Theodore. —el chico llego con una infusión que había comprado para Hermione, le paso él frasco y ella lo vertio en él rostro de Luis, comenzó a ver borroso, y su piel quemaba.

—¿Que me estas haciendo loca? —pregunto Luis con nervios en su voz.

—Que bien qué lo preguntes Luis,  veras, en él mundo muggle utilizan un liquido verdoso, para poder quemar con este a las personas, su piel se descompone y cae, haciendo que solo se vea la carne. Pero que ingeniosos esos muggles, y a ti que tanto te desagradan.

Luis busco con la mirada a Theodore, buscando ayuda.

—No te ayudare bastardo. Mereces morir, con esto y mucho mas. —sonrio mientras le acercaba a Hermione una cuchilla negra de afeitar para dama según él mundo muggle.

Hermione tenia mucha imaginación.

—¡AHHHH! — Gritó Luis.

***

—¿¡Quien lo tiene!?—pregunto ya irritado Ron al ver que este infeliz no le daba respuesta por él guardapelo.

—¡Se lo di a una mujer! Me quería llevar preso, pero por ese collar tan feo me dejo en paz. ¡Es ella! —señaló a una mujer de rosa sonriendo en la primera portada del quisquilloso.

Ron, Draco, Harry y Ginny se miraron frustrados. De todas las personas tenia que ser Dolores quien tuviera él guardapelo.

—¡Ya! Largo, vete. Y cuidado con que digas algo. —le advirtió Draco a aquella blasfemia antes de dejarla libre de la casa de los Black.

***

—Hermione, yo creo que estuvo por hoy. —le susurro Theodore, al ver que Luis había caído inconsciente, aparte del charco de sangre que les salpicaba en toda la ropa.

—Si. —dijo ella haciendo un puchero. —Adios Luis. —y finalmente le corto la garganta. Para que utilizar la maldición asesina si con esto era mucho mas fácil y divertido.

—Ayudame a recoger todo este desastre.

Ambos se colocaron a recoger a Luis, mientras le metían en una bolsa, de resto con la varita limpiaron la sangre y dejaron todo en su lugar.

Con cuidado, salieron rápido al jardin trasero, y con un trasnlador que estaba ya preparado para su uida, ambos le tomaron y desaparecieron de allí con él cuerpo de Luis.

Llegaron a un acantilado, donde las montañas daban un aire terrorífico, y los árboles estaban tan viejos y quebradizos.

Con magia, desenterraron un pedazo de tierra, acomodaron un huevo y botaron a Luis por allí. Luego mandaron nuevamente la tierra y le plantaron un árbol.

—Sabes que él árbol no va a servir. —le recordó Theodore.

—Lo sé. Me recordara la muerte de mi padre. Tanto que quiso crecer en grande, y solo consiguió que llegase su final.

—Sabes que cuentas conmigo, en todo. — Theodore se acerco a Hermione, le abrazo y le permitió a la chica desahogarse.

—¡Lo odio con todas mis fuerzas! —chillo Hermione con lágrimas saladas en su boca. —Maldito infeliz, ahora si estas donde deberías.

—Ya no te hará mas daño. Ni a ti, mi a tu madre. —le recordó Theodore.

—Lo sé. Gracias por estar conmigo.

—No Agradezcas. —finalizo él rubio, mientras abrazaba a la castaña, luego de unos minutos, Hermione se separo y seco sus lágrimas.

—Debemos irnos. —le recordó, y ambos se tomaron de la mano para poder volver a la mansión.

Sangre Pura >Dramione< ∆PAUSADA∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora