22. La despedida.

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Capitulo veintidós.

Theo ayudo a Astoria para poderse acomodar mejor en su cama, la habitación estaba sola, pues ella como Hermione, no compartían cuarto, para los ojos de los demás, era raro ver que Astoria no compartía cuarto con nadie, teniendo en cuenta que era amable y cariñosa, quizá las demás mujeres no querían compartir cuarto con ella por eso, aunque la historia es muy diferente, Astoria pidió a su padre y madre que hablaran con el director para que pudiera gozar de su soledad, el estar tantos años compartiendo habitación con su hermana Daphne le causo traumas en su conciencia.

—Listo. Ya estamos aquí.—hablo la morena mientras Theo la arropaba con las frazadas.

—Mejor así.—murmuro el chico mientras se sentaba en una silla de cuero rosa pálido en la habitación.

—Te vez genial ahí.—burlo la morena.

—¿Así? Claro, todo le luce a Theodore Nott.—le siguió el juego, no sabía exactamente por qué, pero tampoco quería mantener su cabeza envuelta en líos sobre lo que pasaría esta noche.

—Te noto preocupado.—susurro ella mientras se levantaba nuevamente de la cama.

—¿Qué haces? Acuéstate.—mando.

—¿Por qué eres así?—su pregunta lo tomo desprevenido, a que se referia cuando ella decía ¿asi?

—¿así como?—preguntó el chico sin tomar atención de lo angelical que se veía Astoria con aquella pijama de conejitos.

Debía tener un control excepcional en su cuerpo, por Merlín él no era de palo, era un hombre también con necesidades, y ella parecía que no quería ponérselas difícil.

—Así, tan distante, callado, me abrumas.—confeso mientras se acercaba a él, con intenciones de sentarse sobre su regazo.

—¿Qué haces? Debes mantenerte alejada, Astoria.—dijo serio.

—¿Por qué tantas ganas de alejar a las personas? ¿O solo es conmigo?—pregunto melancólica mientras jugueteaba con su pelo negro.

—No se si no te has dado cuenta, pero soy hombre, tu una mujer, tengo necesidades como cualquiera y no por eso quiera decir que me voy a provechar de ti esta noche, pero parece que tú tampoco me lo quieres poner difícil.—se confesó, algo difícil en él, pues no era dado a las amistades, al igual que Hermione, tener a alguien más y siendo del sexo opuesto, le contraía sus pensamientos, además de que Astoria podía ser de todo menos fea. Aunque pensándolo bien, el en sus años no la vio como mujer, solo como la hermana menor de Greengrass, la que ayudaba y era toda una anomalía para la casa de Slytherin.

—Claro que me he dado cuenta de eso.—contesto ella con simpleza.—pero lo que tú no te has dado cuenta, es que yo también soy mujer, siento, además de que has sido el único de estar al pendiente de mí en estos días, me has ayudado y eso no es de mucho en los Slytherins.

Sangre Pura >Dramione< ∆PAUSADA∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora