¿Y si todo fuera al revés? Piénsenlo. El apellido Granger fuera una de las mejores familias sangre pura de todos los tiempos. Y el apellido Malfoy, fueran solo sangre sucia...¿Como afectaría esto en la historia?
Aviso, se basa mas en la vida de Her...
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Un tiempo después de la muerte de Albus Dumbledore , el Ministro de Magia , se dirigió a la prensa mágica y a los funcionarios del , a través de un discurso que trataba de que eran tiempos cada vez más oscuros. El discurso fue dado en el vestíbulo del Ministerio, frente a una multitud de reporteros,
Tiempos difíciles vienen, nadie está a salvo, ni seguro de donde estarlo, los mortifagos han estado más activos estos últimos días, matando, asesinando, causando miedo tanto en el mundo mágico como muggle.
Hermione Granger llego a su hogar, con creciente angustia, su padre y otros mortios lograron escapar de Azkaban, no sabría cómo actuaria frente a él, solo necesitaba ver a su madre y abrazarla fuerte. Necesitaba un punto de apoyo en tantos disparates.
Bellatrix Lestrange con su sonrisa de oreja a oreja no paraba de gritar "Mi sobrina asesino al viejo barbón", todos los mortios que residían en Malfoy Manor, la miraban con curiosidad, otros con rabia pues ahora tendría más respeto junto al señor tenebroso.
Hermione camino con la cabeza en alto, buscando con la mirada a su madre.
-Está en su habitación.-le susurro Severus, ella asintió, busco con la mirada al señor tenebroso pero al no encontrarlo, salió disparada por las escaleras, condujo el camino que sabía por memoria, última puerta al final del pasillo, no golpeo, entro abruptamente encontrando a su madre recostada en la cama, con su ropa pulcra, su cabello recogido en un moño, su piel sin maquillaje y sus ojos totalmente cerrados.
-¿Madre?-pregunto Hermione llevándose las manos a la boca, ¿Por qué ella estaba en esa posición...? ¿Acaso...?
-Hermione...-susurro ella, abrió los ojos despacio y una bella sonrisa se dibujó en sus labios.-Hija mía.
-¡Madre!-grito Hermione mientras se acercaba y besaba sus manos.-Pense... ¡Maldicion mamá no me hagas esto!
-He estado muy débil hija, desde que tu padre volvió anda de un lado a otro, no quiere verme, me deja la mayor parte del día encerrada como a un can, y tan siquiera me manda un plato horroroso de comida.-blasfemia ella con lágrimas en sus ojos.-No sé en qué momento tu padre se convirtió en otro monstruo mas de esta casa. Si no fuera por mi elfina, no sé qué sería de mi hija.
Hermione ante la confesión, no tenía palabras más que un odio y rencor profundo contra su progenitor, pero debía mantener las apariencias, en poco tiempo seria llamada para ver al mestizo insoportable y tendría que mantener su cordura y sonrisa hipócritamente como siempre lo había hecho, o eso recordaba.
-Mamá, lo asesine...-confeso ella mientras se recostaba a su lado.
-Lo se cariño, lo se.-susurro armoniosamente, levanto su mano con cuidado y la arrimo más a ella.-Hiciste lo que tenías que hacer, Merlín te recompensara cariño, no te asustes. Eres más fuerte de lo que pensé amada hija.