tijeras ©jeon jungkook. [bestofmeawards]

O6.

Llegó a su casa y lo primero que hizo fue correr directo a su habitación, quería darse un baño y uno bastante largo, aunque no tuviese la lengua de su maestra tuvo sexo con una mujer que no era su madre y para el colmo le quedó gustando, le gustó tanto que amaba escucharla pedir ayuda, pudo morder su lengua las veces que quiso para dejarla ir, seguramente no vendría mañana y quizá nunca lo vuelva a hacer.

Su madre no estaba en casa, al menos eso pensaba jungkook, pues tras no escuchar su fastidiosa voz pudo asegurar eso, bajando el cierre de su cremallera dejó caer sus pantalones, camiseta en el suelo al igual que sus zapatos, listo para poder entrar al baño y darse la ducha que merecía. Se dejó llevar por la melodía que siempre escuchaba a la hora de dormir, hoy le daba la oportunidad para su momento íntimo.

La puerta de la casa se abrió, pudo escuchar perfectamente como alguien subía las escaleras y al parecer no era una persona, eran dos. Cerró la llave y con la toalla cubrió su cuerpo, pues su madre había entrado sin su permiso y le miraba de pies a cabeza, lamiendo sus labios y sonriéndole a su amiga le dijo casi en susurros que él era su hijo, su único hijo el cual siempre le ha apoyado en todo.

Manteniendo la cabeza abajo escuchó la conversación que su madre y amiga mantenían, al parecer el plan consistía en que esta vez no tendría sexo con la mujer de siempre, el turno era para la otra y se maldijo, su madre era una completa loca. Ella salió dejando a jungkook en la habitación con su amiga, la desconocida observó el cuerpo desnudo y tomó asiento a su lado.

-me resultas bastante adorable- sonrió ella acariciando su cabellera mojada. -tu madre me habla siempre de ti y esta vez quiero ser yo quien hable así de ti.

-espera un momento- se levantó y con intención dejó caer la toalla, dejándose ver al desnudo. Caminó hacia su almohada y la levantó. -¿qué quieres hacer?- preguntó curioso.

-déjame hacer todo el trabajo- sonriendo aún más le tomó del brazo y nuevamente se sentó a su lado, acarició por segunda vez su cabello y dio el primer beso sobre los labios del menor.

-mujer desconocida- la llamó y levantó con su mano izquierda sus bellas tijeras. -¿me dejas cortar aquella lengua?

No quiso dejar que hablara, le abrió la boca con fuerza y cortó su lengua, al tenerla en sus manos la lamió, pues la sangre sí que era su mayor excitación.