O2.

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Moviendo sus piernas esperaba paciente a su madre quien le pidió que fuera a su habitación, era la cuarta vez que tenía sexo con ella pero seguro sería la última, pues le prometió que oirán después de compras cuando acabasen, cuando jungkook terminara complaciendo a su madre. Observaba todo en el lugar que se encontraba, una simple cama con sólo una sábana y una mesa de escritorio, algunas veces ha montado a su madre allí pero prefiere en la cama.

La gran puerta se abrió dejando ver la figura de su madre portando tan sólo unas tangas mientras llevaba los pechos desnudos, nuevamente sintió como su miembro iba creciendo y dolía cada vez que la veía acercarse. No entendía muy bien ese comportamiento en su cuerpo, para tener nueve años no entendía el porqué salía de él un líquido caliente y blanco el cual su madre amaba tragar, pero así la complacía, dándole sexo a la hora que ella pedía. Y se sentía extraño, vaya que lo era, pues nunca antes tuvo frente a sus ojos unos senos y una vagina, mucho menos a una mujer que le pedía sexo a cualquier hora del día.

Ajustó la cámara para tener un buen ángulo a la hora de grabar, tomó asiento al lado de su hijo y con cuidado fue quitando cada prenda que traía y es que a ella le volvía loca ver a su adorable hijo desnudo, pero nunca se llegó a imaginar teniendo sexo con él, podrían llevarla a la cárcel si alguien ve todas las cintas que tiene. Sonrió cuando vio el pene de jungkook, ésta vez el trabajo iba por cuenta de él y tenía que hallar la manera de que se sintiera cómoda y sumamente agradecida. Sabía muy bien que a su madre, cosa que la vuelve loca, es que le besen los senos, especialmente que jueguen con sus pezones.

Con algo de brusquedad tomó el rostro de jungkook y lo acercó más, podía sentir a la perfección su respiración agitada y eso que no había empezado. Un beso, comenzó con un beso succionando la lengua, le gustaba aquella textura, babosa, como todas, varios movimientos y la tiró por completo a la cama. La primera vez que tuvo sexo con ella se asustó bastante, tanto que lloró, le dolía mucho y no le gustó para nada la forma en que su madre lo trató, pero ella, días después le dijo que así era la manera en que una madre demostraba amor.

Lamió su mano para luego pasarla por su pene y subirlo, tenía que lubricarlo, fue el primer consejo que ella le dio, hizo el mismo acto pero pasó su mano tocando la vagina de su madre y pudo ver como se estremeció, siempre tenía que ver hacia la cámara, era una orden que tenía que cumplir. Los gemidos se hacían cada vez más fuertes al igual que las estocadas del pequeño jungkook, de nuevo, aquel líquido blanco salía y tenía que regarlo en el rostro de ella, incluso en sus senos.

-¿te gusta, mami?- preguntó jungkook sobre los labios de ella.

No podía decir palabra alguna, estaba tan cegada por tan bella perfección que le era imposible colocar cuidado a las palabras que decía su hijo. Cuando jungkook sintió el líquido venir sacó su pene y su madre abrió la boca dispuesta a recibir el semen. Subía y bajaba su mano a la velocidad de la luz, este le hizo abrir más la boca y con la otra mano disponible tocaba su lengua, quería arrancarla con ella pero con tijeras era mucho mejor.

-mami está cansada como para salir, mañana en la mañana iremos a comprar aquellas tijeras naranjas que viste- acarició su mejilla para después darle un casto beso en los labios.

Aquello lo veía venir, era una excusa que siempre le sacaba para no complacer sus deseos pero estaba seguro que mañana sí irían a comprar esas tijeras naranjas, pues las tijeras azules que tenía ya no cortaban bien.

tijeras ©jeon jungkook. [bestofmeawards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora